Frió, Recuerdos y Sombras

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Conan

Unos días después, Verona dejo de usar el descansabrazos, su herida había mejorado, y como uno de sus tantos impulsos lo tiro por la ventana de la casa del profesor.

Ya era el día del campamento, eran como las 6:30 de la mañana, me había quedado en la casa de este último, solo guardábamos las cosas, lo raro es que no vi bolsas de dormir o algo parecido, seguro que se le olvido.

-Y la razón de salir tan temprano es...- Verona salió de la casa y bostezando largamente.

-Es perfecto para ir, además Ayumi, Genta y Mitsushiko en su vida se levantarían a esta hora-Me acerque a ella y me estire poniendo mis brazos atrás del cuello.

-Sí y yo tampoco, solo quiero saber a qué lugar vamos y lo más importante... ¿ira Haibara? Porque si no va nos ahorraremos su pesimismo- nos mostro una gran sonrisa.

-Pues mala suerte para ti-

La pelirroja pone una cara de horror y suelta una risa nerviosa, Ai pasa delante de ella como si nada, mientras que la pelirroja puso una cara de alivio.

-¡Listo chicos al auto!-Nos grita el profesor.

-¡YO ADELANTE!-gritamos Iris y yo.

Empezamos una carrera para llegar al asiento delantero de ese escarabajo amarillo, pero algo me toma del cuello de mi chaleco frenándome, y veo llegar a la pelirroja.

-Dale sus gustos a la linda niña-Haibara me dice con una sonrisa, con su mano aun en el cuello de la chamarra.

-¡Linda niña, tu tía! Y apresúrense que quiero ver el bosque lo más rápido posible-Verona saca la cabeza de la ventana con el seño fruncido.

Son subimos al auto y empezamos el viaje, Ai con su libro (que pareciera que lo lleva pegado en las manos), la otra mirando fascinada por la ventana y yo en medio de ellas escuchando música, no me di cuenta cuando empecé a cantar, lo que si se es que fue tarde para salvarme de la vergüenza.

-Vaya... tranquilo seré la primera en verte en el concurso se cantantes de ópera-Verona empieza a carcajear, también contagiando al profesor... ¡incluso a Haibara!, la cara me va a estallar de la vergüenza.

-¡Ya cállense!- todos guardan silencio y la pelirroja trata de aguantar la risa.

-Profesor deténgase- Verona se levanta del asiento y se acerca al profesor.

-¿Qué dices? Vamos a mitad de camino-

-Hágame caso, deténgase-

Al apagar el motor, ella me toma de la mano, llevándome al maletero.

-Deja de hacer eso-le grito cuando se detiene.

-¡Shhhhh!-me pone una mano en la boca, que se cree.

Me apunta al maletero, saca su muñequera, pero ya he visto esa sonrisa picara ¿Qué tratara de hacer?

-¿Qué bueno que hayamos robado este auto, ¿no es así compañero?-me habla con la voz de un hombre, guiñándome el ojo, ya entendí que ocurre.

Empezó a elegir la voz correcta, subí en pulgar para decirle que listo y empecé.

-¡Claro! Y por lo que hay adentro nos darán una buena recompensa-

-Mejor lo tiramos por el acantilado de aquí cerca- no aguantaba la risa.

-¡Que!-una voz ahogada sale del maletero.

-¡Shhh!-otra voz sale de ahí.

Nos acercamos más, nos miramos como cómplices.

-3, 2...1-gritamos y abrimos el maletero.

Detective Conan: "La niña de la cicatriz y la melena roja"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora