Opciones y Presentes de una Mamá Rara

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Iris

-Mmm- alguien me pasó algo por la nariz, era cosquillas fastidiosas-¡MMM! Ayumi deja de molestar-Moví mi mano para apartarla.

Siguieron molestando hasta despertarme, me quede con los ojos entre cerrados esperando ver la sonrisa de la castaña y una pluma. Vi la pluma pero no a Ayumi, es decir, vi algo enormemente diferente a Ayumi.

Totalmente diferente.

-¡MAMÁ!-grite alejándome de ella. Me examinaba con la vista muy seria, y yo examinando en que jodido lugar estaba. Ok, ok estoy en un sofá, regularmente si me pasa estas cosas es el del profesor pero este parecía más clásico, toda el casa era diferente.

- Casi pequeña, ¡Esta niña es una amor!-me tomo la cara con ambas manos restregándomelas en círculos- no sé como pase mi vida con ella. Solo atine a reír nerviosamente

-Mamá- dijo Conan en su famosa voz irritada.

-¿Mamá?-

Esa señora comenzó a carcajearse tapándose la sonrisa con la mano. Con que esta es la otra persona que fastidia a Shinichi Kudo a parte de mí. Era bonita lo admito, pero daba miedo.

-Es una lindura, Yukiko Kudo un placer-me tendió la mano, se la iba a dar pero de repente...-¡AAAHHH!- me abrazo con tanta fuerza que la aparte para saludarla bien.

-Conan, te puedo hacer una pregunta... ¿Cuándo rayos llegamos aquí?-le pregunte sentándome al borde del sofá.

-Fue a las 3.30 de la noche, Ai me despertó diciendo que mamá había llamado al profesor luego la vimos en la entrada, debiste verte cuando te tomo en sus brazos y no querías soltar el peluche- reía, la vergüenza elevada a 10 se me subió a la cara.

-¡Ahg!-bufe tomando un cojín poniéndomelo en la cara. En cuanto se acerco le di unos coscorrones para que por fin se le quitara la sonrisa de tonto.

-Alguien me quiere explicar bien que esta pasado, por favor.

-Es que supe que tengo una nueva hija, así que... traje unos obsequios- de la nada saco unos bolsos, posiblemente ropa y otras cursilerías, pero si me convencieron de una cosa, mamá suplente es medio cool.

Era ropa como pensé, lo único malo fue un minúsculo y diminuto detalle, del 80% de la ropa eran vestidos o faldas y del peor color que existe ¡ROSA!, me tuve que tragar el orgullo con el pijama de Ayumi, ahora esta desconocida que se autoproclama mi mamá me quiere vestir como muñeca de película de terror.

La familia de Kudo, incluyéndolo a él me odia.

-También algo que de seguro te gustara más que la ropa Iris-chan-me entrego una caja blanca, la abrí y era el mismo celular de su hijo pero de color blanco, en eso de que me gustaría más tenía razón.

-Gracias, Yukiko-sama- en mucho tiempo no le hable a un adulto con tanto respeto, solo para ganar confianza.

-Solo dime mamá-sonrió

-*Prefiero Yukiko-sama...mil veces Yukiko-sama*-pensé con la misma expresión que el pequeño había puesto, sonrisa complaciente y una ceja levantada.

Pase el día más o menos normal si omito todo el carnaval de amor materno de la señora, estuve muchas veces en riesgo de morir o por asfixia o por diabetes por empalagosa, a lo que solo respondía sonriendo recordando Conan me había dio en una oportunidad que tiene la mano pesada, de tal madre tal hijo, en un sentido remotamente lejano.

Me puse un vestido blanco y azul, era cómodo pero no se comparan a unos buenos jeans, en fin, me puse a leer uno de los libros de detectives de la casa, interesante de verdad pero mi cabeza estaba en otro lugar, me parecía irónico recordar todo ese momento desde que Shinichi tuvo su forma adolecente, algo pesado u oscuro me perseguía. Si le tuviera que poner nombre seria pasado.

Detective Conan: "La niña de la cicatriz y la melena roja"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora