Capítulo 33

168 17 23
                                    

Primero que nada vean la foto.... ¡LECOTRAS! NO SE VUELVAN LOCAS jajajaja

Jade

Segundo tras segundo pasan con lentitud. Enredo mis dedos y muerdo mi labio inferior. El sudor corre lentamente por mi nuca. Sebastián no despega sus ojos de la prueba, ni siquiera parpadea y eso me pone más nerviosa. Mis manos comienzan a sudar. Las estrujo contra mi pantalón.

-Creo saber el resultado -digo con voz poco audible mientras lo miro temerosa-. Tu silencio me lo confirma.

Sebastián se guarda la prueba en el pantalón y yo lo miro extrañada.

-¿Por qué la guardas? -Le pregunto y él muestra una sonrisa burlona a la vez que se cruza de brazos.

-Si quieres saber el resultado ven por ella. -Es lo único que dice mientras sacude sus hombros.

Volteo mis ojos al tiempo que elevo mis brazos al aire y las dejo caer con velocidad. Le dedico una mirada seria y se le borra la sonrisa.

-¡Dame! -Le pido a la vez que extiendo mi mano. Sebastián la mira con curiosidad para luego negar con su cabeza como un niño pequeño, haciendo que yo me exaspere-. No lo puedo creer. ¿Ahora te comportas como un niño? -Sebastián arquea sus pobladas cejas, mira hacia el techo y luego me saca la lengua-. Esto no es un juego, vamos dámela.

Me acerco hasta donde se encuentra pero él da dos pasos alejándose de mí. Muy bien tú te lo has buscado, pienso. Aprieto mis puños y lo miro amenazante. Sebastián me mira extrañado y luego, burlándose de mí, suelta una carcajada. Tiempo que aprovecho para lanzarme a él para que me de la prueba. Sebastián me sujeta las manos y me atrae hacia él. Forcejeo con las fuerzas que me quedan. Al cabo de unos segundos empiezo a perder por mi debilidad, y él se detiene.

-¡No hagas fuerzas! -Exclama enfadado-. Le hará daño al bebé.

Me paralizo y se hace el silencio en la habitación. Mi mundo parece detenerse porque está a punto de colapsar. Una mano en mi hombro me hace reaccionar y volver a la realidad. Un bebé, tendré un bebé. Sebastián parece ver el pánico que me arropa la mirada y me abraza intentando tranquilizarme.

-Hay un bebé -susurro en sus brazos. Sebastián coloca su barbilla en la parte de arriba de mi cabeza-. ¿Qué haré ahora? -Hago la pregunta inconsciente y el cuerpo de Sebastián se tensa.

No lo digo por el bebé sino por el peligro que corro al saber que Bill puede volver hacerme daño. Ahora no sólo se trata de mí sino también de la criatura que se va formando dentro de mí.

-Debes ir a un doctor, Jade. Verificar que tiempo tiene tu embarazo, y Morena... -Toma mi cara en sus manos y me hace mirarlo-. Debes decirle a Adán, tiene derecho a saberlo y estoy seguro que te apoyará. -Sebastián parece notar mi desconcierto-. Digo, eso es por si vas a tenerlo. La otra opción sería abortar.

No menciona bien la palabra abortar que me aparto de sus brazos enfadada.

-¡¿Acaso estás loco?! No pienso abortar. Este pequeño no tiene la culpa de nada y no merece eso. Sea como sea lo traeré al mundo así esté sola.

Sebastián se acerca y me toma de las manos.

-Ey. No quise decir que hicieras eso... Me alegro de tu respuesta, eres valiente pero no estarás sola. Me tendrás siempre a mí.

Sonrío solo un poco ante sus palabras. Sebastián saca del bolsillo de su pantalón la prueba y me la extiende para que yo vea el resultado. La contemplo y luego miro mi vientre plano.

-Estarás bien, morena. Entiendo que estés asustada y que va a ser una nueva experiencia en tu vida, pero debes informarte para que tu salud y la de mi sobrino estén bien.

Cambiando al enemigo [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora