JadeTodo pasa en cámara lenta. Mi cuerpo cae lentamente hacia las escaleras. En medio del pánico escucho el grito de Adán a través de mi teléfono y luego la risa malvada de Bill. Reacciono antes de que mi cabeza sea lo primero que azote en el filo de uno de los escalones. Mi cuerpo impacta la escalera y un grito de dolor se me escapa. Ruedo por ella sin apartar las manos de mi cabeza, pero mi cuerpo no tiene la misma suerte. Al llegar al final mi espalda es la que azota en el suelo y todo se vuelve negro.
...
Adán
Los gritos de Jade me alarman. Finalizo la llamada y corro por los pasillos de la Universidad hacia la salida. En mi corrida tropiezo con varios estudiantes pero no me detengo a disculparme.
-¡Permiso! -Grito a una profesora que se mete en el medio. No le da tiempo a moverse cuando choco con ella y sus libros caen al suelo-. Mierda, disculpe. -Le digo deteniéndome. -En un movimiento rápido recojo sus libros y se los doy.
-Gracias -me responde en tono amigable-. Ande con cuidado la próxima vez-. Asiento con mi cabeza porque me es imposible pronunciar palabra.
Continúo mi carrera. Necesito llegar a la mansión cuanto antes. El grito de Jade sigue resonado en mi cabeza, desesperándome a cada segundo. Cuando llego a mi motora me olvido del casco de seguridad y acelero saliendo disparado fuera del campus. En el camino aumento la velocidad y esquivo los automóviles con destreza.
Jade
Me es imposible abrir los ojos y moverme porque no siento mi cuerpo. Hago ademán de levantarme, y en el intento mis huesos reciben un azote de dolor y todo mi ser se estremece. Elevo la cabeza y unas punzadas me marean. En medio de mi vista borrosa veo a Bill bajar escalón por escalón con lentitud. Ahogo un sollozo cuando lo veo acercarse. Mis ojos se llenan de lágrimas y casi sin poder arrastro mi cuerpo por el suelo.
-Vaya, vaya... pero que suerte tienes. -La gruesa voz de Bill me detiene.
Mi pulso se dispara y cuando pienso que me va a atacar escucho el rugido de una motora acercarse.
...
Adán
No pienso, sólo actúo. Me olvido de los autos que pasan, de todos. Traspaso el grande portón y freno de golpe cuando me encuentro frente a la puerta de entrada. Con todos los músculos tensados y el corazón a mil me bajo de la motora. Me detengo un segundo. Odio esta parte de mí, yo nunca antes actuaba a la ligera. Necesito organizar mi mente, en estos momentos es un torbellino. Saco el arma que siempre traigo oculta y la observo con detenimiento. Elevo mi vista al cielo y cierro mis ojos para luego pronunciar las siguientes palabras:
-Por favor que esté bien.
Empiezo a caminar. Debo estar preparado para lo que haya al otro lado. No me fijo en la soledad que abruma la casa y sigo caminando hasta llegar a la puerta. Aguanto la respiración, aprieto la pistola en mis manos e intento concentrarme. De una patada abro la puerta y rápido entro buscando enfrentarme a Bill pero no está. Bajo el arma, suelto un suspiro y paso mi mano por mi cara.
Observo con detenimiento, todo parece estar en calma pero yo no lo estoy. Miro a todas partes y en cada rincón, pues siento la inquietud de ser observado. Mis pies se mueven y con cuidado camino esperando encontrarme a Jade. Escucho un sollozo y me detengo. Mi piel se eriza y mi respiración se acelera a la vez que mi corazon empieza un maratón. Trago con dificultad y vuelvo a apuntar con el arma para seguir el sonido del sollozo inconfundible. Al girar mi cuerpo me encuentro a Jade tirada en el suelo. La sangre abandona mi rostro al verla. Rápidamente corro hacia ella y me arrodillo.
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Cambiando al enemigo [En Edición]
Mistério / Suspense¿Quién dice que el amor no es capaz de cambiar un corazón maligno? Se cuenta que es un sentimiento tan poderoso que incluso puede traer a alguien de la muerte. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la misión importa más que un mero sentir? Los caminos de...