Cambiando al enemigo [En Edición]

Capítulo 8

Calor, mucha calor. Sentía como me quemaba y me costaba mucho moverme. Luchaba por levantarme pero mi cuerpo no respondía, al cabo de unos segundos un brazo pesado rodea mi estomago, provocándome abrir los ojos de golpe y quedarme frisada al ser arrastrada de forma brusca por la cama, llevándome a pegar mi espalda en un formado cuerpo.

Me quedé inmóvil mientras cerraba los ojos y los volvía a abrir esperando que fuera un sueño; pero no. Estaba en mi cama con un hombre ¿Cuándo paso? ¿Cómo diablos llegué a esta situación? Asustada intenté zafarme de los brazos de aquel hombre que no lograba ver por la penumbra de la noche.

-Mmmm...no te vayas Angelique -Me dice una voz ronca pero a la vez adormilada. ¿Angelique? ¿Qué diablos? Comienza a repartir besos húmedos por mi cuello-. Que rico hueles bebé -esto es demasiado.

-¡¡¡Ahhh!!! -grito lo más que puedo sin importarme quedar ronca. Comienzo a patalear hasta poder zafarme por completo de aquellos brazos.

- ¿Qué demonios? -pregunta con voz sonámbula.

Sigo pataleando como si de una loca se tratase, queriendo ser liberada de un manicomio. No me importaba si lo lastimaba pero necesitaba salir de ahí, escucho como lanza una maldición al caer de sopetón al suelo, dejo de patalear y corro por la cama a tientas buscando alcanzar la mesita de noche para poder encender la lámpara y poder ver algo que no sea oscuridad.

Cuando la encontré titubeé hasta dar con el botón de encender, una vez encendida la luz me di la vuelta a buscar el saco de papas que arrojé al suelo. Algo turbada vuelvo a mirar; no está. Alguien a mis espaldas me cubre la boca con sus manos evitando que vuelva a gritar.

-Shhh, prométeme que no gritarás -algo nerviosa y turbada asiento-. Bien, pero primero déjame colocarte esto.

Empieza a cubrir mis ojos con un pañuelo de seda suave. No logro observar nada e inquieta me muevo al sentir sus manos en mi cintura.

-Tranquila, solo te estoy guiando para que no caigas -me comienza a dirigir por la habitación y por momento me da vueltas en el mismo sitio.

- ¿Es que acaso vamos a jugar la gallinita ciega? -no evité hacer una broma para calmar los nervios que sentía a flor de piel. Lo escucho reír y luego me niega que no jugáremos por el momento. Mi cuerpo se tensó al notar el doble sentido de sus palabras.

-Son bromas nena -dice luego de sentarme en la cama. Escucho como arrastra una silla y se sienta en ella.

-Explícame porque no entiendo nada -logro decir con voz calmada.

- ¿Qué necesitas que te explique?

-Es obvio que todo, pero primero sácame de la intriga -digo nerviosa; necesitaba saber de que manera dejé que se metiera en mi cama, si tan solo pudiera recordar algo pero mi mente esta turbada ¿¿Y si me violó??

De momento escucho como arrastra la silla haciéndome sacar de mis pensamientos. Camina por la habitación, me puse nerviosa por no saber lo que haría; solo escuchaba sus pisadas. El muy maldito camina a pasos lentos haciendo la situación más misteriosa, de momento dejo escuchar sus pisadas e intrigada comienzo a voltear a pesar de no ver nada.

- ¿Qué es lo que te intriga? -me pregunta con voz sensual al oído, lo sentí cerca de mí y no evité estremecerme al sentir su aliento chocar contra mi piel. Doy un respingo cuando siento que traza círculos con su dedo índice por mi brazo.

Algo molesta por sus insinuaciones no evito reventar, ¿Es que no se da cuenta que me confunde? ¿Que su cercanía me perturba? ¿Que estoy desesperada por saber lo que sucede y de saber quién es?

-¡¡Ya basta!! -hago ademán de levantarme y quitarme el pañuelo pero éste fue más rápido y tomó mis manos por encima de mi cabeza y las apretó bruscamente; empujó mi cuerpo con el suyo haciéndome caer boca arriba en la cama. Sin soltar en ningún momento mis manos se trepó encima de mí colocando una pierna a cada lado de mi cuerpo-. ¡¡¡Déjame, estoy harta de todo esto, de tus insinuaciones, de que te metas a mi cuarto, de todo, estoy cansada y quiero que me dejes en... -no pude terminar con mis griterías porque sus húmedos labios estaban marcando territorio en los míos.