Capítulo 20

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Jade

Un silencio penetrante reina en el lugar luego de yo haber formulado la pregunta con cierto temor. Me retuerzo en los brazos del tal Will para que me suelte, pero no lo hace, aprieta más su agarre haciéndome soltar un quejido de dolor. Noto el cuerpo tensado del extraño que se encuentra frente a mí, a tan solo diez pasos de distancia. Luego aprieta sus puños al ver como su compañero me trata con brutalidad.

No puedo creer que sea Adán. Sus acciones me hacen pensar que sí puede ser él, y es que solo con escuchar su voz mis sospechas volaron. Enfrento mis ojos en la espeluznante máscara que trae puesta, buscando sus ojos para cerciorarme de que no sea él.

-¿Se conocen? -La pregunta de Will no hace más que estremecerme. Siento cómo la boca de mi estómago se oprime creando una sensación nauseabunda a causa del miedo. Luego de haber dudado termino por negar-. ¡Pequeña mentirosa! -Me grita al oído haciendo que un frío baje por mi columna vertebral.

-Suéltala Will, que importa si la conozco o no.

Mis ojos se abren como platos cuando Adán se muestra quitándose la máscara, y en seguida mis ojos se llenan de lágrimas, no puede ser él, no lo es. Todo es causa de mi imaginación, pienso mientras cierro los ojos buscando despertar de lo que parece ser una pesadilla, pero no lo es, es la realidad.

-Vaya si eres torpe. -Le responde Will con una furia descontrolada. Abro los ojos, me asusto y comienzo a temblar. Adán levanta su arma y nos apunta, ¿qué va hacer?-. Será mejor que bajes el arma, recuerda lo que te dije, yo nunca fallo cuando voy a dar un tiro.

Una alarma interrumpe la discusión logrando que ambos bajen sus armas. Suspiro aliviada al escuchar el sonido de las sirenas, eso significa que los policías ya vienen. Will maldice por lo alto y dispara al pobre hombre que activó la alarma. Las personas comienzan a gritar y a correr para huir del lugar, mientras que yo me retuerzo en los brazos de Will para que me suelte y poder escapar, pero no me lo permite. ¿Piensa llevarme con él? Me pregunto internamente cuando siento que obliga a mi cuerpo a caminar. Me está utilizando para cubrirse él, presa del miedo comienzo a gritar para que alguien me ayude.

-¡Estás loco! -Grita Adán acercándose a nosotros como una bestia rugiente. Will se detiene y gruñe cansado, levanta el arma y ésta vez sin titubeos le apunta.

-¡Quieto ahí! -Lo amenaza, mientras yo palidezco-. Ya me hartaste, al final hay una bala con tu nombre.

¡Oh por Dios, no! Cierro mis ojos cuando escucho el sonido de su arma. Grito al escuchar otro disparo, y otro más. De pronto soy lanzada al suelo con brusquedad, gimo de dolor cuando mi hombro es lo primero que choca.

Mis ojos se abren abruptamente y no importándome el dolor me levanto y busco desesperada a Adán con la mirada. Cuando ésta lo encuentra suelto un grito de dolor y comienzo a llorar con fuerza. Su cuerpo yace en el frío suelo bajo un charco de sangre que cada vez es más notorio.

-No, no, no no ¡Maldición no! -Suplico en un ataque de llanto-. Por favor, no.

Sollozo al tiempo que me levanto y corro hasta él. Tan pronto llego me arrodillo, jadeo por la sorpresa mientras sigo derramando lágrimas; está muerto.

-¡¡¡Eres un estúpido!!! ¿Por qué tenías que ocultarme tu verdadera identidad? -Sorbo mis mocos mientras sollozo-. Yo pude haberlo evitado, te hubiera amarrado a la cama con tal de que no vinieras aquí...

-¿Jade? -Volteo mi cara y veo a Sebastián mirarme preocupado, de pronto me toma de la cintura levantándome del suelo-. Vámonos de aquí, la policía está por llegar.

-¡¡¡No!!! Me voy a quedar aquí, no me moveré.

Sebastián al ver mi estado sigue luchando para sacarme, pero yo me niego.

Cambiando al enemigo [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora