Luego de que a Bill le diera ese arrebato decidí quedarme encerrada por el resto de la tarde en mi habitación; leer no me apetecía. A cada rato escuchaba como Nana insistía en que bajara a comer, aunque fuera para probar un bocado de lo que ella había preparado. Me daba pena rechazarle la comida; es muy buena cocinera y le gusta que la halague.
Simplemente no quiero enfrentar a Bill, últimamente ha estado actuando más extraño de lo común y lo mejor sería evitarlo. Antes se contenía y me ignoraba, pero ahora parece que disfruta haciéndome la vida imposible; aunque siempre su actitud ha sido así. Unos golpes en la puerta me hacen salir de mi trance.
— ¿Quién es? —digo pesadamente.
—Soy yo Jade, ábreme —con solo escuchar su voz mi cuerpo comenzó a temblar de miedo.
—Ahora no Bill, vete —me sorprendí por como salió mi voz; fría. Mientras que mi cuerpo estaba hecho un manojo de nervios.
—Vamos Jade… solo será un minuto —por como sonaba su voz entendía que venía a hablar y no a traer conflictos pero aún así no me fiaba de Bill—. Te prometo que solo vengo a proponerte algo y nada más, pero para eso necesito que abras la puerta y me dejes pasar.
No me costo de otra que levantarme y con pesados pasos dirigirme a la puerta, coloque mi mano en la cerradura y lo pensé antes de abrir. Mejor era abrirle antes que la derrumbara ¿no? Sin perder más tiempo quité el seguro y me di la vuelta para volver a mi cama. Escuché como giraba la cerradura; me senté en mi cama dándole la espalda a él.
De momento deje de escuchar sus pisadas y rápidamente me tensé.
—Tu Nana me dijo que estabas indispuesta y se tomó la molestia en prepárate una rica sopa —volteé a verlo y me asombré ante la imagen que tenía frente a mis ojos; Bill tenía en sus manos una bandeja repleta de alimentos y tazas—. ¿Dónde lo coloco?
No le contesté ¿Bill trayéndome la comida al cuarto? Al medio día sus ojos reflejaban querer asesinarme por una estupidez y ahora con una amabilidad se dispone en traerme la comida, algo que Bill nunca haría y seguro no le daría tanta importancia, mucho menos le importaría si muero de hambre. Sentí unas manos frías tomarme las mejillas, veo a Bill tan cerca y lo miro con espanto, asustada comienzo a alejarme de su cercanía.
—Por Dios, Jade… no me mires con esa cara de pocos amigos —frunce el ceño y se arrodilla frente a mí, parece como si estuviera pensando—. ¡Claro! Lo olvidaba, no tienes alguno —dice para luego sonreír. Hasta aquí llegó el bueno Bill.
Molesta hice el intento de levantarme pero éste me detuvo con sus manos colocándolas en mis hombros.
— ¿Qué quieres Bill? —le pregunto luego de bufar molesta.
Éste no me responde y se levanta, acomoda las almohadas y me pide que me recueste en ellas; obedezco y lo miro extraña por su actitud. Una vez verifica que esté cómoda lo veo alejarse y tomar en sus manos la bandeja y traérmela a la cama. Remueve la sopa con la cuchara para luego ofrecerme un pedazo de pan con sabor a ajo.
Se queda con la mano extendida y no se percata que no he masticado el pan; levanta la vista y al ver que aún no salgo de mi asombro entrecierra los ojos y bufa.
—Esto es estúpido —deja de remover las sopas y tira el pan a la bandeja, se levanta de golpe y antes de que todo se derramara en la cama aguanto la bandeja y lo miro molesta mientras éste coloca los brazos en jarra.
— ¿Se puede saber de cuando acá se te dio con hacer el ridículo? —Bill cierra los ojos e inhala y exhala varias veces para luego abrirlos.
— ¿Sabes que Jade? ¿Quieres saber porque vengo hasta aquí a hacer el ridículo? —Asiento con la cabeza—. Bien… —se sienta de nuevo en la cama y estruja sus ojos con su mano para luego soltar un suspiro y mirarme con ojos cansados—. Olvida todos los malos ratos que te he hecho pasar, olvida la manera en que te he tratado, olvida el mal rato que te hice pasar hace un par de horas atrás; me comporté como un verdadero imbécil y me he dado cuenta que... he sido muy injusto contigo. Quiero enmendar los errores Jade, conseguir tu perdón y ¡Por Dios santo! no seas terca, ayúdame en esto para podernos llevar bien.
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Cambiando al enemigo [En Edición]
Mistério / Suspense¿Quién dice que el amor no es capaz de cambiar un corazón maligno? Se cuenta que es un sentimiento tan poderoso que incluso puede traer a alguien de la muerte. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la misión importa más que un mero sentir? Los caminos de...