13 de diciembre del 2008
Corría lo más que podía, hasta que llego a una especie de bosque, la bella rubia se apoyo en un árbol deslizandose hasta llegar al suelo, permitiéndose romper en llanto al fin. No podía más, había aguantado dos semana el mostrarse afectada por lo que estaba pasando, pero esto sobrepasaba todo. Un ruido a sus espaldas rápidamente la hizo voltear secando sus lágrimas al divisar la figura de Harry, en este mes se habían hecho muy buenos amigos y no le gustaría que la viera en este estado. En realidad nunca le había gustado que vieran su lado frágil.
-¿Que haces aquí? -pregunto actuando normal. Ok, aquí se tiene que demostrar que tan buena actriz soy, pensó.
-yo debería preguntarte eso -respondió sentándose a su lado, volteo y sonrió dándole confianza para contarle que es lo que ocurría.
-nada, quería tomar aire -si bien se habían hecho amigos, pero no podía contarle algo que ni su hermana sabía y eso que ella sabía hasta lo que pensaba. No podía contarle de sus problemas y de los nuevos sentimientos que estaba desarrollando por él.
-nadie viene a la mitad del bosque por nada -miro al frente- yo suelo venir cuando quiero olvidar, para desahogarme. Dime Emily Evans ¿que quieres olvidar? -sus ojos eran tan bonitos que la hacían perder el hilo de la conversación, no entendía que pasaba, era algo sumamente nuevo para ella, este hormigueo al verlo la confundía de sobre manera.
-¿Em? -la saco de su pequeño trance.
-¿me estabas siguiendo? -era la única explicación que encontraba la chica como para que al halla encontrado tan fácilmente.
-yo...-bajo la vista ligeramente sonrojado el muchacho- te vi venir corriendo y pensé que tal vez necesitarás compañía.
"Si Harry, obviamente voy a la mitad del bosque para poder tener compañía" pensó, aunque le pareció muy dulce que se preocupara por ella.
-la verdad quería estar sola un rato.
-oh entiendo, puedo irme si quieres -murmuró levantándose, sin pensarlo estiró su mano y tomo la de Harry.
-quédate, quería estar sola pero necesito a alguien con quien hablar -alguien que no la criticara ni vendiera sus problemas a la revista que mejor pagara. Haylee no era una opción, eso sólo incrementaría su resentimiento a mamá, por lo que se permitió confiar en el rizado.
-claro -sonrió el joven mirando su mano aún entrelazada con la de ella, se sentó nuevamente a su lado.-no soy bueno para dar consejos, pero puedo escucharte e intentar ayudarte.
-asintió y tomo aire antes de empezar- mis papas se separaron hace aproximadamente cuatro años y mi papá esta pronto a casarse, se que es inmaduro que este molesta con él por eso pero...
-no, te entiendo yo me sentí igual cuando mamá conoció a Robbie, mi padrastro -interrumpió sin dejarla terminar- debe ser más difícil que te hayas enterado estando en otro continente.
-me enteré al llegar acá, supuestamente venia para pasar tiempo juntos, pero no salió como lo espere.
-¿te enteraste llegando acá? -asintió- es...entendible que prefieras estar con tu abuela, yo hubiera hecho lo mismo -sintió como sus ojos se cristalizaban al escucharlo hablar de su abuela, a los días de llegar ella tuvo un "pequeño mareo" dijo que no tenía importancia, al día siguiente la encontró en el suelo y hay no dudo en insistir en que vaya a un médico.
Fueron a la mejor clínica de Londres, donde por desgracia le habían detectado un tumor, no era maligno pero su vida corría riesgo si no le operaban pronto. La sola idea de no tenerla más en su vida atemorizaba a Emily, ella era una de la personas que más amaba en su vida y haría lo necesario para a asegurarse de que se encuentre bien.
