XX. Arrullo

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El clima es frío y gélido algunas veces
Cuando lagrimas caen como cristales contra una lona
Son duras, al contraste suave con el que son recogidas.
Para alguien que el llorar es su vía de escape, sentir que aquellos copos color cristal caen sin refugio
Sin necesidad, pero por motivos los cual aún son de alguna manera, desconocidos,
Es difícil creer que se secará aquella fuente necesaria de estar exiliada de todo líquido.
Necesaria de estar vacía. Porque el vacío es bueno en ese aspecto
Donde las dudas son fantasmas que huyen
Donde el miedo no existe.

Dicen que llorar refresca nuestra necesidad de vivir
Nos nutre a través de los poros la sensación de estar vivo y sentir
De sentir
De sentir dolor.
De sentir alegría.

Pero en su mayoría, pánico que sólo es concebido en aquella formula húmeda como la saliva
Pero caliente, a punto de hervir la piel la cual resbala como una danza. Bailando entre lágrimas. Secadas al ras. Limpias de toda esperanza y llenas de temor.

Suena dramático como ninguna, pero
Ellas lo son.

Pienso notoriamente que las lagrimas son llantos que el corazón calla
Son vías de escapes, tubos de oxígeno ahogados en mar propio. Ironía de la agonia.
Pero, más refrescante es cuando son secadas
Por ti

Aunque el mar es como el mayor de los charcos, llenos de lagrimas de Nuestro Mundo
Tiene vida dentro suyo y no es lo suficientemente distante como para evitar que tu mano, blanca, suave a la vista, deseada a mi tacto, me seque.
Así fue como de estar en el suelo, buscando aire donde sólo había mármol, me diste una bocanada de aliento, con simples palabras. Simples. Pero llenas de significado.
Igual que aquellos copos derretidos que se resbalaban en mi rostro.

Mi mayor temor, eso es ambiguo de saber
Pero dejo de pensar en aquella pesadilla cotidiana y común en nosotros
Por tu palabras. Por tu forma de arrullar con cada una de ellas, juro que las oigo
En mi mente está tu voz, afirmándome que no debo por qué seguir regando el suelo sin plantas.
Sin mayor tacto que tu manera de dejar mi rostro a salvo de lluvia dolorosa, creada por mi.
Donde tus labios, lejos pero tan cercanos, se sienten tan bien,
Tan bien es estar en casa.

Por favor, perdona cada una de mis dudas en aquel estado no-sólido.
Pero gracias por hacerme saber que, de todos los mares, el mío no es doloroso.
Es sólo algo que debo superar, pasar, y llegar.
Hasta ver el mar claro de tus ojos, y saber que el dolor ha quedado atrás.
Y saber que no hay calor más hermoso
Que tu mano en mi mejilla, y mi corazón agradecido de ti,
Amado por ti
Deseándote sólo a ti.

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