Los viajes siempre me han parecido tan necesarios.
Quizás porque he tenido tiempo viajando, para observar el alrededor que me pierdo continuamente al estar en casa. A veces viajo con mi mente, en sueños alcanzo todo aquello que no existe pero es real para mi. Y lo real es cuando al abrir mis ojos, siento la sensación desvanecerse en mi, quedando como un recuerdo que posiblemente olvide. Pero cuando es físicamente, cuando ves la ventana y pasa todo aquel paisaje que tomas en cuenta con indiferencia, y a veces, con extraña admiración, es una sensación que me hace saber lo grande que es todo, los alcances que tenemos y no apreciamos. Las oportunidades de seguir andando y ver un paisaje más. Viajar, para mi actualmente, es la clave de lo que es ser feliz. Porque se refiere a ti. Así haya ido a un lugar que aún por el momento no está cerca de ti, a veces cierro los ojos, y me imagino ese exacto momento en el que estoy por ir al aeropuerto, ese momento en el aire junto a las nubes detrás de la ventanilla, y mis manos se encuentran y se siente tan bien. Se siente como el no querer despertar de aquel sueño, sabiendo aún así que es real. Sabiendo que los días pasan como el paisaje, y que las horas se juntan en ese preciso momento, y abro los ojos. No me permito llegar a esa sensación de gratitud aún. Me detengo, porque lo mejor está aún en camino. Y quiero sentirlo real cuando no pueda creerlo. Es toda una aventura, pensar en que nunca me sentiría tan ansiosa por dejar mi actual casa, para llegar a mi hogar. Aún falta un tanto, pero estaré allí, en cuanto menos lo creas. Y mis manos no estarán aferradas por si solas, te tendrán a ti, y la calidez de que este viaje no tenga punto de retorno. Ahorita, estas disfrutando de explorar con aquella libertad, Madrid es un lugar muy lindo, y contigo allí, se volverá aún mejor.
Espero disfrutes de cada paisaje, cada momento, te mereces toda la libertad que desees, y saber que tu mundo, más que nada y mejor que antes, crece sin limites.
Como tú.
