XXXIX. Dinero

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No tengo qué opinar sobre la forma en la que puedo vivir. A veces está llena de resignaciones, a veces está llena de quejas que me rodean, otras, simplemente sueños. Estar en tierra es la forma más ruda de vivir, al menos si tus expectativas están altas. A veces me siento en el mueble, y simplemente me llega una noticia. Otras me siento en la cama, y escucho las quejas y gritos que después tengo que resolver. Estar aquí en mi tierra, es duro. Porque cuando te rodeas de aquellos que tienen maneras, formas, opciones, es más fácil sentirse reprimido de sueños, pero aún más, hacerlos. Es más fácil posar su ejemplo, y posar el tuyo, y sentir el dolor que puede tanto ser como no ser importante, de la diferencia. No me gusta decepcionarme, menos por algo tan usado como la economía. Pero es algo que aquí, nos rodea. Veo cómo otros simplemente tienen la facilidad de irse un segundo, pasar un rato cuando quieren, y volver una bolsa y una sonrisa de oreja a oreja. Yo antes, me daba ese lujo. Pero lo interesante es, que no es necesariamente un "lujo". Sino que la cosa en mi tierra está tan horrible, que lo tomamos como uno. Es un beneficio y un derecho, cuando uno trabajo duro, y puede. Pero aquí, las oportunidades se escapan de la mano, no por culpa propia, sino del sistema. A esta edad, mi hermana podía darse aún el beneficio, la veía y decía cuánto deseaba llegar a esa edad y sentirme así. Ahora, años después, quisiera sólo cambiar algo que no está a mi poder. Y es la cosa más frustrante que puedo sentir. Porque se puede planear, se puede decir, pero hacer, es un precio fuerte aquí. Un precio que a veces, tienes que ser paciente para comprarte una simple prenda. Un simple "lujo". Quizás otro día" dicen muchos. Quizás nunca más" dicen otros, y yo estoy cansada de los quizás" porque, ya mi mente se ha adaptado a esa forma de pensar, y no deseo simplemente resignarme. Pero he de hacerlo. Aquí, en éste caso, he de hacerlo. Tengo muchas ganas de poder disfrutar como muchos lo hacen, poder compartir como ha de hacerse y, uno que otro día, se pueda. Pero esta noche, es otra en la que me siento en el sofá, y sin menospreciar lo que ya tengo, no puedo desear más. Porque no está en mis manos esa acción. Espero nunca tengas que sentir esta decepción, la frustración de que al rededor, todo es resignación, en un lugar donde antes, estaba en construcción para algo mejor. Ahora solo quiero escapar. Ahora solo quiero soñar, donde hacer eso está prohibido.

Espero y espero. Esperar hacemos.
Pero mi mayor ilusión, es dejar de sentir esto.

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