La llamada de esa tarde la tenía en su cabeza.
"Necesito que perdones y vengas solo por un día, te lo suplico."
Y eso era solo una parte.
Siguió mirando el techo de su habitación mientras permanecía recostada en su cama de dos plazas y en sus audífonos resonaba una canción de Armin Van Buuren, en una posición digna de foto Hipster y para el Tumblr, pero ese no era el tema.
Pasó una mano por su cara y miró al reloj digital en el escritorio frente a su cama, sin mover más que los ojos. Sí, tenía reloj digital —con parpadeo en los separadores, algo importante—, ¿y qué tanto? Se le hacía complicado descifrar la lectura numeral del reloj analógico; el otro era más simple y rápido. ¿Para que hacerse la inteligente con lectura de relojes? De todas formas, ya lo era.
Like a Boss.
"9:43 p.m."
Y la llamada había sido hace poco más de ocho horas atrás. Sí que la tenía preocupada.
Era Martes, y si iba a ir, entonces tendría que salir el Jueves temprano. Perder un día de clase en la Universidad —lo cual no era mucho los Jueves, pues los profesores de las materias que le tocaban ese día no eran exigentes—, pero en realidad le daba completamente lo mismo.
No, no iba a ir.
No podía ir después de todo lo que pasó. No iba a hacerlo.
Sonaba muy cobarde no ir y dar la cara, pero era lo que había decidido, lo que siempre supo que iba a hacer. No podía darle el lujo de que la viera sufrir de nuevo. No otra vez, no otra vez...
Y entonces sonó el timbre.
Se levantó de la cama con una rapidez digna de manatí en tierra y se dirigió a ver quien era. ¿Por qué manatí y no un koala, o perezoso, o tortuga? Porque soy la autora y escribo lo que se me de la gana. Y los otros ya estaban sobre explotados.
Odiaba cuando sonaba el timbre, prefería mil veces que golpearan la puerta.
Dirás, ¿por qué no quita el timbre de la casa?
... Pues sí, debería; pero a todos les da flojera.
No se sacó los audífonos, pero si bajó un poco el volumen. En ese momento la canción cambió, pero no le prestó atención. Arrastró sus pies envueltos en pantuflas grises hacia la entrada.
—¿Quién? ¿Qué quiere? —dijo, esperando respuesta para saber.
—Yo. Pasar —Reconoció la voz al instante y abrió los ojos cual plato.
Volvió a su actitud seria, tratando de secar la gota de sudor que se le escapó del nerviosismo. Abrió la puerta, ni delicadamente, ni de golpe, y dejó a la vista a la persona que se imaginaba.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a buscarte.
—Dijiste el Jueves; me llamaste hoy, Martes. Y no, no voy a ir.
—No puedes decir eso, es tu madre.
—No es mi madre.
Le dio una mirada desafiante, furiosa; pero la chica del frente solo la miraba con normalidad, casi suplicante eso sí. Estuvieron de esa forma unos segundos, antes de que la chica ajena rompiera el silencio.
—¿Y? ¿Me dejas pasar o no?
Peridot suspiró. Si le decía que no, iba a seguir insistiendo hasta el día siguiente, sin parar; parecía como si la chica no tuviera necesidad de dormir. Eran igual de tercas.
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Ayúdame a Olvidar | Lapidot | Steven Universe
FanfictionSolo querían vivir el resto de sus vidas con normalidad, ¿aquello era mucho? Parece que hay cosas que al final son imposibles de olvidar. ======================================================= [En edición, no puedo tener basura sucia.] ...