Aún se sentía avergonzada por lo que había pasado hace más o menos una semana, pero Lapis parecía haberlo olvidado todo. La verdad era que a Peridot no le gustaba el sabor de la cerveza, pero por alguna razón le hacía sentir bien; más ligera, libre... le quitaba un peso de encima.
Pero sabía que estaba mal.
Caminó hasta la sala de estudio. Buscó con sus ojos a los alrededores, y finalmente encontró a Lapis.
Con Onyx.
Al contrario de la última vez, ahora sí se encaminó a donde ellas. La de cabello negro parecía conversar felizmente con Lazuli, y ésta se veía de la misma forma. De seguro la amistad que tenían era fuerte y forjada con los años, pero el sonrojo casi invisible en el claro rostro de Onyx decía otra cosa.
No había que ser un genio para saber que estaba enamorada; y ser consciente de eso hizo que Peridot se sintiera diferente...
Celos era la palabra. ¿Pero iba a tomar en cuenta eso? Su dura cabeza no se lo iba a permitir.
—Lazuli.
Ambas chicas dieron pausa a la conversación y desviaron sus vistas.
Cuando los ojos aceituna de la joven se posaron en Peridot, ésta pudo notar como su rostro cambió por completo. Surgió algo como... miedo o sorpresa, no podía diferenciarlo. Y eso solo por unas milésimas de segundo que Lapis ni notó.
—¡Peri! ¿Ya vamos?
La nombrada asintió con la cabeza a la par que Lapis se levantaba. Le articuló un "adiós" a Onyx —quien recién retiraba sus ojos de la rubia—, y ella solo movió su mano. Peridot prefirió quedarse inmóvil.
Amethyst las estaba esperando en el café, tal y como predijo Peridot. Pearl llegó unos minutos después, y Jasper igual. Todo transcurría normal, como siempre.
Hasta que se tuvieron que ir.
Las primeras en irse fueron Pearl y Amethyst, juntas. Jasper se fue a quién sabe dónde. Lapis volvió al edificio para caminar hacia el patio interior, seguramente a leer. Cuando Peridot caminaba por el pasillo que iba a la biblioteca en donde en tal momento no pasaba ni siquiera una de estas plantas rodantes de películas del viejo Oeste, sintió un agarre.
Y que algo le tapó la boca.
No sintió los segundos pasar a lo que fue arrastrada hacia un lugar del que luego se dio cuenta de que era el baño. Vacío. Oyó su espalda crujir contra la pared a la que fue lanzada, y una ola de dolor le recorrió el cuerpo al golpearse la nuca contra los fríos cerámicos. Abrió los ojos con algo de dificultad, viendo solo borrones al principio, pero luego todo se empezó a aclarar.
—¡¿Qué haces?!
Quien estaba frente a ella la miraba con el ceño completamente fruncido. Con una mano cerró la puerta del baño, asegurándola; mientras que con el brazo contrario retenía a Peridot por su cuello.
Tragó saliva.
—No puedes hacer como si no me conocieras, maldita hija de puta.
Se miraron.
Peridot trató de aguantarse, pero sus intentos se fueron con el viento al soltar una ligera risa. Esto desconcertó a su contrincante, pero no duró mucho y volvió a su expresión seria.
—Onyx, si quieres insultarme de verdad, llámame puta directamente. Sé que mi madre es una jodida vergüenza.
Onyx gruñó. Ella solo era un poco más alta que Peridot, pero claramente a simple vista se apreciaba que era mucho más fuerte de lo que podía ser ella. Su brazo aprisionaba su cuello, más bien algo arriba de la clavícula, y la mano con la que había cerrado la puerta se trasladó a sujetarle desde la parte media del estómago.
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Ayúdame a Olvidar | Lapidot | Steven Universe
FanfictionSolo querían vivir el resto de sus vidas con normalidad, ¿aquello era mucho? Parece que hay cosas que al final son imposibles de olvidar. ======================================================= [En edición, no puedo tener basura sucia.] ...