Capítulo Diecisiete

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    Una sensación nueva había invadido su cuerpo, algo completamente ajeno a ella. En todos los libros que había leído a lo largo de su vida siempre se hablaba de "mariposas en el estómago", pero Lapis sentía todo un concierto de Black Metal llevándose a cabo a lo largo de su cuerpo. Recordaba haber quedado en blanco, para que luego su corazón bombeara a una velocidad completamente inusual.

    Y la causante era Peridot.

    Ella había despertado sentimientos completamente diferentes, los hizo nacer de una manera en la que no los había sentido antes. Hizo que en ese suceso se desconectara del universo, siendo transportada a un lugar desconocido... como creado especialmente para ellas, ambas. En donde absolutamente nada interrumpía. Todo quedaba a parte, Lapis creía que pensar en algo ligado con el amor le iba a recordar su violación, sin saber por qué, como en aquellos sueños que solía tener a aquellas horas antes del alba; claramente erraba.

    Se levantó del pupitre, la clase había llegado a su fin. Guardó la libreta en su bolso, junto con un par de lápices. No estaba prestando mucha atención, no podía, pero por suerte la profesora no le había preguntado nada para medir su rendimiento. No sabía mucho de qué se hablaba, pero de seguro Blue Pearl le prestaba las grabaciones, que siempre hacía, luego.

    Salió al pasillo al igual que otros con los que compartía esa clase. Era seguro que Peridot había salido, tenían casi los mismos horarios, y Lapis no la había visto en todo el día. Era de mañana, y aunque solían juntarse todos a hora del almuerzo, también lo hacían en la mañana nada más llegar. Ese día fue la excepción, ni divisó a Peridot. Era obvio que la razón era el beso de la noche pasada.

    Según la hora, Amethyst y Pearl ya deberían estar en los sillones de la sala de estudio; la más baja salía unos veinte minutos antes que Lapis ese día, y Pearl diez. Ellas dos casi siempre quedaban juntas, desde hace años. No era raro que no se separaran la mayoría del tiempo, aunque solían pelearse por variadas razones, y seguido.

    Estaban conversando cuando Lapis llegó.

    —¡Oye, L! —saludó Amethyst, moviendo su mano en el aire. Lapis devolvió su gesto, a ambas.

    —Ame, Pearl, ¿han visto a Peri?

    —¡Oh! —Las otras dos chicas giraron a ver a la de cabello teñido rosa, quien tenía el dedo en la barbilla—. La vi salir con Jasper al patio. No sé, a hablar de algo...

    —Gracias, P —Lapis se retiró con más rapidez que con la que llegó.

    El patio interior estaba tan solo al virar por el pasillo; y aunque éstos estuvieran a rebosar de personas, no se le hizo imposible salir. Brillaba bajo la estación de invierno, los árboles con suerte una amarillenta única hoja, el pasto que con suerte se veía por culpa de la nieve, la hermosura de la estación. Lapis gustaba de ese cambio, amaba los colores de todo a medida que el tiempo pasaba, pero prefería mil veces el verano al invierno. Para ella era mejor salir a la playa con su hija y sus amigos, a quedarse en casa.

    Hacía frío, pero no lo suficiente como para que en ese momento estuviera nevando. Aún así, cerró la cremallera de su abrigo.

    Se paseó por el terreno, atenta a cualquier cabellera rubia. No habían muchos alumnos en el exterior, por lo que no fue difícil encontrarla justo en la parte en donde la mayoría de los árboles permanecían acumulados, formando una especie de bosque muy pequeño. Estaba conversando con Jasper, tal y como dijo Pearl. Parecían estar entre palabras amistosas, nada muy serio, puesto que vio a Jasper sonreír en repetidas ocasiones mientras se acercaba de lado, y a Peridot también la vio esbozar una que otra. Ambos siempre fueron buenos amigos, pero al parecer tampoco del tipo "inseparables", o de forma tan exagerada; y eso Lapis parecía estarlo descubriendo nada más ahora.

Ayúdame a Olvidar | Lapidot | Steven UniverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora