¡Buenas, Wattpad!
Estamos nuevamente en este encuentro y cuánto me alegra saludarlos. En especial, porque el día de hoy traemos un reto que se sale un poco de lo que la mayoría de nuestros escritores están acostumbrados a idear. Y es eso precisamente lo que buscamos, que exploren y se reten: ¡Este es el momento de demostrar porqué decidieron ingresar a The Watt House!
Por otra parte, debemos agradecer infinitamente a los lectores que nos siguen enviando mensajes de apoyo para el concurso y los participantes. Son ustedes los que hacen valer esto, además de impulsar y recordarles a nuestros escritores, lo talentosos que son todos y cada uno de ellos, sin importar los resultados. Y ahora sí, vamos con el reto de la semana:
Reto: Dopaminizante
¿Qué puede ser mejor que eso que enamora? ¿Qué puede ser mejor que aquello que nos mantiene vivos? Los siguientes retos nos recordarán qué es el Romance, el Erotismo y la Pasión. Ven aquí y revive lo que se siente amar...
O no ser amado.
The Watt House | Semana seis
Emotiva
ALMAS PERDIDAS
—¡Auch! Ten más cuidado —le reclamo a un extraño que va más pendiente de su teléfono que del camino—. ¿Qué? ¿No sabes caminar sin existir en la realidad? Los teléfonos también ocasionan accidentes peatonales ¡Imbécil! —Termino diciéndole al desconocido que finalmente se voltea con cara de «¿Quién te crees que eres?»
—¿Disculpa? Persona diminuta e inmadura, sólo apártate y sigue tu camino.
¿Qué? Me llamó ¿Cómo?
—¡Ohh!, pero qué hombre... —exclamo indignada, pero él voltea su cara... ¿me está ignorando?— ¿Ehh? ¿Qué? ¿Y sigues con el teléfono? Presta atención aquí hombre ¡Hey! No me des la espalda... —le sigo diciendo, con señas además, pero él ni se inmuta, está como pasmado por lo que escucha al otro lado de su línea telefónica—. ¡Imbécil!
Ya no insisto y sigo mi camino. Es increíble como la caballerosidad se ha extinguido en este estúpido planeta, y con lo atractivo que es, seguro ha de tener otros gustos... o quizá sólo llevaba una interesante e importante conversación en su teléfono... ¡Dios! y yo que lo interrumpo, lo insulto; ni se daría cuenta de que tropezó conmigo y lo juzgué inmediatamente... soy a veces verdaderamente detestable, mis células cancerígenas acaban hasta con mi vida social. Y ¡Mierda! Me prometí que no cambiaría como persona hasta que el maldito cáncer acabara conmigo.
Una mano grande y fuerte me toma por mi brazo derecho y prácticamente me arrastra a un callejón donde no hay concurrencia de personas. ¡Ay por Dios! Mi corazón se me sale del pecho. Esto me faltaba que ahora me roben lo poco que llevo. Me quedo helada al ver a este hombre, pero sí es con quien acabo de discutir, bueno solo yo discutí; igual me deja con la boca abierta y el ceño fruncido, más encolerizada que antes y olvidándome de todo lo que venía pensando.