«¿QUÉ DIABLOS HICE?»

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  Él no estaba loco. Ella no era una maldita ilusión en su cabeza. La voz no estaba imaginándosela. Y la tenia de nuevo frente a él, viéndola directamente a sus indescifrables ojos. ¿Por qué diablo debía cantar? ¿Por qué ahora, que todavía llevaba las suaves notas de su voz grabadas en lo más profundo de su memoria?

— ¿Tienes que hacer eso ahora? —gruñe.

La chica se ruboriza. Justin experimenta la sensación de sequedad en la boca. Oh, era tan adorable.

Agita la cabeza.

— ¿Necesitabas atención? —se cruza—. Bien, aquí me tienes.

La chica parpadea.

—Yo solo...

Justin levanta la mano.

—No me vengas con la historia de "solo estaba cantando", porque eso puedo hacerlo yo.

—Pero yo...

— ¿Tú qué?

La chica contiene el aire, experimentando algo que no experimentaba hace meses. Enojo...

— ¡Qué te importa! —grita a todo pulmón.

Justin se queda en una sola pieza.

— ¿Perdón? —chilla.

— ¿Qué te importa si canto o no? ¿Qué te importa si quiero atención o no? ¿Y qué te importa el color de ojos que tenga?

Él tensa la mandíbula.

— ¿Ya estás sacando las garras? ¿Ah, gatita?

— ¡No! —tira de su cabello—. No soy una gata.

— ¿No? —vuelve a cruzarse de brazos—. Porque estoy viendo como expones las garras. La pose de chica dulce y tranquila no te duró demasiado.

—Pero qué necio y ácido eres. ¿Por qué no puedes dejarme en paz? ¿Por qué?

Justin la mira fijamente. Los ojos azules...

— ¿Por qué no lo haces tú? —contraataca.

Ella gimotea, y esta vez es ella quien lo mira fijamente. Justin vuelve a frustrarse. Sus ojos, verdes...

— ¿Pero yo que te he hecho?

—Tú sabes qué hiciste.

— ¿Te enojaste por lo de la rosa? ¿Es eso? ¡Yo te la devolví!

—Olvida esa rosa por un momento, maldita sea. Y sí. Si querías saber si estaba arrepentido de dártela, sí. Lo estoy. No tienes una idea de cuánto.

Los ojos de la chica se humedecen. A Justin se le seca la boca. Era mentira, lo siento...

— ¿Entonces por qué no fuiste por ella? Así como fuiste a dármela, ¿por qué no regresaste? ¿Por qué no te la llevaste?

— ¿Tú por qué crees? —gruñe—. Obviamente por pena. Es notable que nadie en tu vida te haya encontrado lo suficientemente atractiva para darte siquiera una rosa marchita.

Los ojos de la chica se desbordan en lágrimas.

—Te odio —musita entre dientes antes de salir corriendo.

Sus once hermanas fulminan a Justin con la mirada.

—No puedo creer el asco de persona en que te has convertido —gruñe Olivia, enojada—. Ojalá esa admiración que te tiene se le esfume en este instante.

Justin observa como las once Douze.

— ¿Qué diablos hice? —se recrimina.


Espero que les guste.

Por favor Linduras dejen su comentario o una estrellita, me pone triste que todo este tan vacio :( si les pararece mejor comparten, me seria de gran ayuda y me alegraria mucho. Gracias, Saludos!

Tenia Que Ser Una De Las Doce [Justin Bieber&Tn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora