«A PESAR DE HABER RODADO SOBRE LA TIERRA, SEGUÍA OLIENDO DE MARAVILLA»

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  Salir temprano, sí, eso era un alivio. Esperar por sus once hermanas, no, no lo era. Pero no tenía opción. Tendría que esperar una hora, solo una, a que los coches vinieran por ellas. Lo irónico es que tenía hambre, lo que no es usual. Quiso ignorar las protestas de su estomago, colocándose los audífonos.

Bang.

THERE'S SOMETHING DIFFERENT IN YOUR EYES, BABY.
YOU CAN'T SEEM TO LOOK INTO MINE LATELY.
TELL ME WHAT IS ON YOUR MIND, BABY,
OR I'M GONNA ASSUME THAT SOMETHING'S WRONG.

De todas las dos mil quinientos treinta y cuatro canciones en su reproductor, Justin Bieber tenía que sonar a todo pulmón en sus audífonos.

—Aparato barato —gruñe molesta.

Presiona con fuerza y la canción deja de sonar. La voz suave de Demi canturreando In case parece calmarla un poco. Permite que sus notas altas, sus agudos, la relajen.

Pero no le quita el hambre.

Frustrada, revisa en sus bolsillos y saca dinero. Había algo frente a la escuela, una pequeña tiendita de dulces. Podría comerse alguna galleta, tal vez alguna fritura, lo que sea. Al menos hasta que sus hermanas salieran.

Guarda el reproductor en su escote y se marcha hasta la entrada. La dulce voz canturrea «In case you just want to come home». Mm, que hermosa canción. La canción termina justo después de cruzar los portones blancos. Es el turno de Heart attack. La voz imponente canturrea «Puttin' my defences up 'cause I don't wanna fall in love. If I ever did that I think I'd have a heart attack».

Observa frustrada que la tiendita está al otro lado de la calle, cerca de lo que parece un barranco. Demasiado cerca, pensó ella.

—You make me glow —canturrea a todo pulmón, con los ojos cerrados— but I cover up, won't let it show.

Él gruñe, al otro lado de la acera, viéndola cruzar. Cantando de Nuevo. Maldita sea, su voz de nuevo. Por primera vez en todo el día desea firmemente estar metido en algún salón de clases y no aquí, expuesto ante la magia de su voz. Su dulce, dulce voz...

El sonido de las llantas girando sin control por el suelo mojado hace que dé un salto. Oh, no. Su demonio sigue cruzando la calle con los ojos cerrados, cantando.

—__________ —grita.

La chica no lo escucha. Él se acerca un poco, nervioso.

—__________ —vuelve a gritar.

El coche está acercándose más hacia ella. Pasa junto a una chica, que está grabando todo.

—Aparta eso —gruñe molesto.

Deja caer la molesta mochila al suelo y comienza a correr. El coche está moviéndose en zig-zag, pero ella no puede verlo, solo él, solo él y los desenfrenados latidos de su corazón.

—__________ —intenta de nuevo.

La chica se voltea lentamente, confundida, mientras se quita el audífono izquierdo. Lo único que ve es a Justin correr hacia ella. Luego el auto dirigiéndose directamente hacia el lugar de su ubicación. El pánico le sacude el cuerpo, pero no puede moverse.

Lo siguiente que experimenta es el choque del cuerpo de Justin sobre el suyo. Él no puede detener el impacto y ve con angustia como se acercan peligrosamente a un precipicio.

Hizo lo único que podía hacer.

Envolvió a la chica entre sus brazos para protegerla. Pronto dejó de sentir el suelo, solo una profunda sensación de inestabilidad a medida que ambos se lanzaban cuesta abajo. La chica se aprieta contra él, él contra ella. Comenzó a sentir los golpes en su espalda, la rodilla, las piernas, en todas partes, mientras continuaban cayendo sin control.

Entonces todo cesó. El último golpe fue en su espalda, contra lo que parecía ser un tronco viejo. Hizo una mueca de dolor, pero se negó a soltarla. La chica, su demonio, suelta un gemido de dolor. Justin tiene la boca seca por la agitación. Ella está sobre él. Ella no quiere moverse, él no quiere moverla.

— ¿Estás —gimotea— bien?

Ella se aferra un poco a él. La chica llora, su cuerpo tiembla.

—Lo lamento.

Él suspira, dejando caer la cabeza hacia atrás.

—He tenido caídas más suaves —musita.

La chica se aparta un poco para examinarlo. El cabello oscuro le cae un poco sobre su rostro, pero su perfume...Mm. Qué bien huele. A pesar de haber rodado sobre la tierra, seguía oliendo de maravilla.

— ¿Estás bien?

Él asiente.

—Tan bien como puede estar cualquiera después de caer veinte metros.

La chica voltea un poco el rostro.

—Creo que son treinta metros.

—Entonces, considerando que fueron treinta metros, estoy bien.

Ella voltea nuevamente hacia él.

— ¿Seguro estás bien?

Justin vuelve a asentirle.

—Oye —remoja un poco sus labios—. Con respecto a lo de esta mañana.

La chica oculta un poco el rostro.

—Está bien, tienes razón. Ningún chico antes me había regalado nada. Debe ser porque no soy bonita.

Él retira las manos de su cintura, tomando entre ellas el rostro de su demonio.

—No es cierto. Tú eres bonita, yo soy un ogro.

Ella sonríe un poco.

— ¿Cómo Shrek y Fiona? Porque ella...

—Tú. Eres. Bonita —él sonríe un poco—. Yo me, bueno, quería disculpar. No estaba en mis planes caer de un barranco, pero...

— ¡__________!

La chica voltea hacia Geert, su chofer.

—Oh, niña. Al cielo divino gracias por tenerte aún con nosotros.

La chica se ruboriza un poco y consigue ponerse en pie.

— ¿Cómo llegaste hasta aquí?

—Hay una colina, niña. Mejor sube. Tu padre querrá que vayas a un hospital.

Ella parece un poco avergonzada.

— ¿Podríamos llevar a Justin?

Justin le sonríe un poco.

—Yo estoy bien.

La chica junta las manos.

—Por favor. Sé que te has golpeado. Has evitado que me lastime.

Él inclina la cabeza un poco.

—Bien, bien.

Ella le sonríe. Geert se acerca hacia Justin y le ayuda a ponerse en pie. La colina, subirla, era tortuosa. Sobre todo para el reciente tobillo lastimado de Justin, de modo que debía ir despacio.

La larga fila de once chicas llorosas y temblorosas esperaba por _________. Lo siguiente que la chica vio fue la ola de brazos envolverla con cariño.

—Oh, nena —Christina le dio un beso en la frente—. Qué bueno que no te lastimaste. ¿No estás lastimada, verdad? ¿No te hiciste daño? ¿Algún golpe, un rasguño quizá?

La chica parpadea, sin saber cómo responder a tantas preguntas. Olivia se aparta temporalmente del grupo. Se acerca a Justin, que esta recostado del coche.

—Hola —musita.

Justin frunce el ceño.

—Ni lo intentes —gruñe—. Yo no la lancé a propósito.

Ella agita la cabeza.

—Lo sé. Solo quiero agradecértelo —sus ojos se humedecen—. Si aún quieres seguir con el trato, aumento el precio. Lo vale.

Justin observa a su demonio de reojo.

—No quiero el dinero, Olivia. No lo quiero. Saldré con ella, pero es porque yo quiero hacerlo, no por el dinero. 


Aww Justin... -suspiro de amor- *-* 

Personalmente me gusto mucho este capitulo, que va, me gusta todo hasta ahora!  jeje :')  espero que a ti igual, dejame un comentario o tu linda estrellita y si te parece mejor comparte, por favor y gracias por leer, besos!

Tenia Que Ser Una De Las Doce [Justin Bieber&Tn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora