Tenia Que Ser Una De Las Doce [Justin Bieber&Tn]

«POR DENTRO ARDÍA COMO EL INTERIOR DE UN VOLCÁN»

  La chica decide mejor no decir nada, pero por dentro ardía como el interior de un volcán. Justin no había dicho nada, parecía en shock, pero Natasha sonreía como si acabara de ganar un Grammy.
«Zorra, perra, bruja, Barbie anoréxica», pensó la chica.
—No sabía que venías acompañado —Natasha coloca la mano sobre la de Justin—. ¿Es una amiga?
__________ observa fijamente a Justin.
«Dile que soy tu novia, dile».
Pero Justin simplemente asiente. Los ojos de la chica se humedecen un poco. Claro que no lo diría. Él solo está embobado mirándola. Ella era guapa, muchísimo, y tenía más senos que ella. Y mucha más experiencia que ella en todo sentido.
—¿Qué estaban haciendo?
Justin se aclara la garganta.
—Veíamos una película.
—¿Estaban junto cuando te envié el mensaje?
Justin vuelve a asentir.
—Obvio, se nota. Digo, sobre la película —Natasha voltea a ver a ________—. ¿Desde cuándo son amigos?
—No lo sé, ¿cuánto pasó desde la última vez que le abriste las piernas a alguien?
Natasha la fulmina con la mirada. Justin sonríe, cubriéndose la boca con la mano.
—¿Para qué me citaste? —le pregunta.
La rubia se cruza de brazos.
—¿Para qué la trajiste?
—¿Para qué me citaste? —repite.
—Quería saludarte.
—Podías hacerlo con un simple mensaje, aunque prefiero que no lo hagas.
—¿Qué de malo tiene?
—Es que las zorras ya no forman parte de su dieta —gruñe ________—. Dan nauseas, son asquerosas y espantosas. Son un asco.
Natasha la mira.
—¿Qué edad tienes?
—Diecisiete.
—Oh, eres una niñita. ¿Justin te dijo que soy mayor que él?
La chica lo mira de reojo.
—No hablamos mucho de ti.
—¿De verdad? ¿Por qué?
—Es que no me gustan las zorras —sonríe—. Ni las putas que se les insinúan a los hombres. Me provocan muchísimas nauseas.
Los ojos de Natasha flamean.
—Niñita, todas las que han estado con él lo son ¿Sabes por qué? Porque intenta encontrar a una que sea tan buena como yo.
Los dientes de la chica rechinan mientras una gruesa capa húmeda le empaña la vista.
—Voy a dejar que disfruten de la comida —se pone en pie—. Que se disfruten. Ténganse buen provecho.

La chica se da la vuelta y sale corriendo del restaurante.