Michael.

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14. Michael

Me duelen las manos.

Camino por los pasillos del centro comercial, las luces ya están apagadas, apenas hay gente, solo algunos empleados más terminando de cerrar las puertas de sus locales.

Hoy no hay chocolate para los mocosines, el cocinero a tirado todo a la basura.

Suspiro resignada.

Corro hasta la salida para darme prisa y poder ir a casa de Michael a recoger a los niños y preparar la cena a papá.

Me abrazo a mi misma para proporcionarme calor por no tener ninguna chaqueta. Se me rompió esta mañana, me enganché con algo y lo tengo que coser ya que aún no me dió tiempo.

Miro al cielo, para nada estrellado, esta oscuro, con alguna luz de algún avión que habrá, niego con la cabeza y empiezo a caminar fuera del centro comercial, cuanto antes ande más rapido y antes llegaré.

Miro mi bolsillo del pantalón roto. Espero que me paguen rápido porque tengo que comprar los regalos a los niños, aunque sea un abrigo a cada uno y algún que otro juguete.

Mis pensamientos son interrumpidos al sentir una voz a lo lejos decir mi nombre.

-Ey -me doy la vuelta para encontrarme con él, el pelirojo teñido.

-¿Q-que..., haces a-aqui? -digo en medio de un bostezo.

-He venido a por ti, por lo que me has dicho antes te ibas a ir andando y por lo menos son tres horas, asi que, he venido a llevarte a casa.

Dos. Son dos horas las que tardo en llegar a casa, en realidad. Pero a nadie le importa, excepto a mi.

-E-Eso no importa -digo dandome la vuelta y emprendiendo de nuevo mi camino, hasta que el de ojos verdes se pone en medio para frenarme.

-Vamos. Dejame llevarte Moon ¿Haces este recorrido todos los dias que vas al trabajo? -pregunta y yo asiento levemente, deseando que no me haya visto-, ¡No me lo puedo creer! ¿¡Por qué no cojes un autobus!? -se queda atónito observandome en silencio, yo me abrazo más a mi misma y bajo la cabeza sin responderle-. Vamos te llevaré -dice chasqueando la lengua.

Niego rotundamente.

-N-no, te-tengo piernas, n-no tienes q-que hacer e-esto -aprieto las asas de mi mochila con brusquedad deshaciendo mi abrazo.

-¿Por qué eres cabezona? Dejate ayudar -dice acercandose un poco a mi.

-Por qué n-no n-necesito a-ayuda de n-nadie - le miro por primera vez en el dia, sus ojos están dilatados, apenas se ve el verde por la oscuridad.

Yo puedo con todo esto, llevo años cuidando a los mocosines, haciendoles la comida, trayendo dinero a casa, comprando comida, ropa, utensilios de limpieza, haciendo las tareas de casa, ayudandolos a hacer sus deberes, vistiendolos, peinandolos, todo esto llevo haciendolo sin ayuda casi 5 años.

-Porque eres mi amiga ¿No? -ladeo un poco la cabeza.

-¿A-Amiga? -el asiente rascandose la nuca.

Broken Home |m.c|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora