Broken Home |m.c|

The moro.

10. The moro.

-Daisy, no cojas, eso, vas a hacer -Michael deja de regañar a Daisy por jugar con un palo y grita haciendome levantar la cabeza del suelo-. ¡Daisy ¿Qué has echo?! ¿¡Qué te he dicho!?

Miro a Aiden que esta tirado en el suelo y corro hacia él.

-¡Aiden! -le siento en un banco que hay al lado de dónde ibamos caminando, la gente de la calle nos mira pero no dicen nada. Intento quitar las manos de su cara, más bien de sus ojos, pero no me deja-, dejame ver Aiden, porfavor -susurro acariciando sus manos.

Al final las aparta despacio con la cabeza gacha y puedo ver como una linea situada debajo de dónde se supone que están las ojeras le recorre casi toda esa parte, la herida sangra, busco su mirada hasta que la encuentro y lo sonrio reconfortantemente.

Suspiro.

Levanto la cabeza vigilando dónde esta Noa y me relajo al ver que esta al lado de Daisy, pero al mirar arriba observo a un Michael entrando el colera regañando a Daisy, Noa solo mira la escena y da la mano a Daisy.

-Duele -lleva su mano hasta el ojo intentando arrascarselo pero le paro.

Vuelvo mi vista a Aiden y beso su cabeza.

-No te lo toques Aiden, se te puede infectar pequeño -cojo un pañuelo de mi mochila y un poco de agua que tambien llebava y se lo pongo con delicadeza en el ojo, escucho sus quejidos pero sigo sujetando el pañuelo en su ojo.

Aparto un poco el pañuelo después de varios minutos y miro como empieza a adoparse un color morado alrededor de la herida.

-Se que duele, pero no te toques o se te infectara -advierto besando su mejilla, miro como intenta no llorar y lo esta consiguiendo.

Antes de poder decirle palabras que le tranquilicen o algo por el estilo una voz suave nos interrumpe.

-Aiden -levanto la cabeza dejando de ver al nombrado y veo a Daisy-, Moon lo siento, estabamos jugando a Harry Potter y... No era mi intención -me acerco a ella sonriendo suavemente.

-No te preocupes lo entiendo, pero no jugueis a con cosas como esas y menos con palos, podria haber sido peor, te podrias haber saltado un ojo -susurro acariciando su brazo. Limpio sus lagrimas y acaricio su mejilla-, venga no llores princesa -ella sonrie y se acerca a Aiden.

-¿Le puedo pedir perdón? -asiento y me dirijo ahora hasta Noa, caminando hasta ella y Michael, ya que él esta cuidandola mientras Daisy se disculpa.

-Moon, lo siento, si no quieres que vengan a casa lo entiendo -dice dejando que Noa venga hacia mi lado.

-No. Mhm, s-si pueden i-ir, n-no pasa nada -susurro tartamudeando-, son co-cosas que pa-pasan -me contengo de decirlo que no tendria que haber gritado de esa forma a Daisy por miedo a que algo me haga.

-Esta bien -suspira y camina hacia Daisy cuando ve que ya a terminado de hablar con mi hermanito, el la coje de la mano mientras nos esperan.

-Moon -dice Aiden acariciando mis manos hinchadas-, P-puedes cuando lleguemos a casa leernos un libro de los que mamá leia en sus clases? -dice sonriendome, con una pizca de alegria en su cara dulce.

Me limito a asentir y a acariciar con el brazo izquierdo su pelo.

Me cuesta levantarlo, duele y se me duerme a ratos, pero no puedo hacer nada, los productos de limpieza me están dejando las manos peor de lo que las tenia antes y mi espalda tambien duele de estar agachada todo el dia.

Si tengo que decir una sola cosa que no me duele diria la nariz. Por qué por el frio que hace en casa ni la siento.

Podria enumerar cada parte de mi cuerpo que tiene hematomas o simplemente que no lo siento porque el dolor a pasado y a ido a peor. Por ejemplo: tengo el labio de abajo partido, maquillado obviamente para que no se vea, el brazo izquierdo no lo siento desde hace ya más de un mes debido a que casi siempre al caerme me he golpeado en este, mis manos están hinchadas y duelen, mis nudillos de la inquietud y el estrés están dañados de tanto rascarmelos, mi mejilla derecha tiene un moratón el cuál esta mañana estaba de un negro grisaceo, mi ojo estaba morado y apenas he podido tapar el color horrendo, tengo un chichón en la frente de golpearme dias atrás en la cabeza con el suelo en uno de esos ataques de hira de mi padre.