¿Tú otra vez?

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El día siguiente por fin llegó, lo que faltaba era esperar a que anocheciera para ese mismo día para comenzar con lo planeado, al menos con lo que hablaron la noche anterior, Anyel estaría todo ese día con Keiroru, la idea era que no pasara solo ni un minuto sin compañía y así evitar un posible ataque por parte de Zuk, quien parece estar enterado de lo que hace y no hace Anyel.

El primero en levantarse fue Keiroru, como siempre, eso no es algo que sorprenda a alguien, su nivel de desespero es increíble a comparación de otros, ya estaba en la sala, sentado en el sofá y jugando en la consola de Anyel, poco después, el azabache salió de su habitación, lavó su rostro y sus dientes para luego bajar y encontrarse a Keiroru, verlo ahí no le sorprende, de todos modos siempre hace lo mismo, se sentó al lado del moreno y subió los pies a la pequeña mesa que estaba frente al sofá.

- Keiroru: ¿Más tranquilo, Mihe?

- Anyel: No tanto, ese tipo va a estar con todas las ganas de matarme, eso no me puede mantener tranquilo, pero de todos modos, con el 1% creo que podía ganarle, ahora, con el 2% lo voy a patear, lo voy a patear tan fuerte que no se volverá a sentar.

- Keiroru: Y... ¿tienes pensado matarlo?

- Anyel: ¿Ah? ¿Acaso estás loco? Yo no mataré a nadie.

- Keiroru: Entonces, ¿Qué piensas hacer? ¿Solo darle una lección y dejarlo libre para que luego vuelva a intentarlo?

- Anyel: Eh... no... pero tampoco lo quiero matar aunque él quiera matarme.

- Keiroru: Ay, no me digas que vas a comenzar como esos babosos del anime que no quieren matar porque es malo y luego de que les dan una semejante paliza, se vuelven locos y comienzan a matar a todo mundo, Mihe, recuerda que hay veces en que un enemigo no va a entender por las palabras y al final deberás hacerlo.

- Anyel: ¿Qué? Deja de ver tanta televisión.

- Keiroru: No lo veo anime por la tele, lo veo por la computadora como cualquier persona normal.

- Anyel: ¡Cómo sea! El caso es que no quiero matarlo, tal vez encuentre un modo para... no sé... bloquear sus poderes o algo así.

- Keiroru: Ajá ¿y eso evitará que quiera matarte? No me parece buena idea.

- Anyel: Bueno, entonces lo golpearé hasta que se le quite la idea y me tenga miedo, así dejara de intentar matarme.

- Keiroru: Pues dudo que alguien que ya piense en matar gente por venganza, llegue a cambiar solo porque los golpeen, al contrario, provocará que te odie más y su deseo de verte muerto aumente.

- Anyel: Eres una pésima influencia para mí.

- Keiroru: Lo sé, ¿no es divertido?

- Anyel: Ja, estás loco.

Aquello lo dijo con una pequeña sonrisa en su rostro mientras se levantaba del sofá para ir directo a la cocina a ver que había dejado su padre para el desayuno, en el refrigerador había una nota pegada en la cual estaba escrito: "Debajo de mi almohada te dejo para el desayuno tuyo y el de tu amigo", a lo cual, Anyel arrancó la nota del refrigerador, la hizo una bola y la arrojó al basurero, a su vez musitó: "Típico", en un tono algo molesto.

- Anyel: ¡Oye! ¡Keiroru!

- Keiroru: ¡¿Ahora qué quieres?!

- Anyel: ¡¿Vas a buscar algo para el desayuno?!

ZYXS (prueba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora