Estoy de muy buen humor.
Hablar con Spencer había sido increíble, hace mucho no conocía a alguien tan agradable como él. No puedo sacármelo de la cabeza, estoy desesperada por ir a esa cafetería de nuevo, pero no sé qué otros días trabaja, ni tampoco quiero parecer muy intensa, así que decidí que iré todos los sábados. Faltan seis días para verlo de nuevo.
Bajé las escaleras para ir a desayunar y me encontré con mi papá en la cocina.
-Buenos días -dije.
-Buenos días -respondió.
Me serví cereal y me senté junto a él en el desayunador. Un par de minutos después mi hermana también bajó, se sirvió su desayuno y volvió a subir a si habitación sin decir una sola palabra.
-¿Se enojó mucho? –pregunté.
-Parece que sí, ¿crees que estoy exagerando al castigarla por un mes?
-Honestamente, yo habría dejado el castigo original de dos meses.
-¡Gracias Leah! –gritó mi hermana desde las escaleras.
Ups.
.-.-.
Unas horas más tarde estaba con mis mejores amigas Karina y Mariela que habían venido a pasar el rato. Hablábamos sobre qué querían estudiar cuando entraran a la universidad el otro año.
-Medicina -decía Mariela con seguridad.
-Yo no tengo ni idea –dijo Karina- ¿qué hay de ti, Leah?
-Policía –dije. Estaba pensando en la coneja de la película zootopia, no lo decía en serio pero cuando ambas estallaron en carcajadas me sentí ofendida-. ¿Qué es tan gracioso?
-Es que... Eres un poco demasiado delicada a veces –dijo Mariela-, no creo que sea tu ocupación ideal.
En realidad, a pesar de que no era cierto lo de que quería ser policía, sí estoy interesada en estudiar criminología... Pero no lo sé, mi carrera ideal creo que sería una que no tenga ciencia ni matemáticas, y de paso tampoco arte.
-No soy delicada -dije cruzándome de brazos, supongo que lo añadiré a mi lista de cualidades que las personas consideran que tengo, junto con "amargada"-. No quiero hablar del futuro, ¿por qué no cambiamos de tema?
-Bien -accedió Melanie-, ¿de qué quieres hablar?
-No sé, digan ustedes.
-Leah... querías cambiar de tema, lo que significa que tienes algo que decir, así que dilo –repuso Mariela.
-¿Tiene que ver con un chico? –Preguntó Karina levantando las cejas- ¿Diego, talvez?
-¡No! No tiene nada que ver con él.
-¡Admites que tiene que ver con alguien! –Exclamó Mariela.
-Bueno conocí a alguien ayer, pero no estaba pensando en eso cuando...
Fui interrumpida inmediatamente.
-¿Quién? ¿Cómo se llama?
-¿Dónde lo conociste?
-¿No te gustaba Austin?
-¿Cómo es?
Respiré profundo: -Se llama Spencer, lo conocí en una cafetería que queda cerca del colegio y ya no me gusta Austin, estoy tratando de olvidarlo.
-¡Ya era hora! -exclamó Karina contenta-, ¿te molesta si lo invito a salir?
¡¿Qué?!
Bueno no es que me moleste, pero se sentiría igual a como me sentí cuando mi otra amiga Melanie anduvo con Austin: traicionada.
Melanie es más amiga de Karina y Mariela que mía, pero aún así pasamos juntas los recreos, y ella sabía que él me gustaba. Como sea, eso fue hace un año y no duraron ni un mes juntos.
-¿Quieres salir con Austin? –Pregunté confundida.
-Pues... es simpático.
-Creo que no con todos -repuse pensando en mí-. Pero si quieres invitarlo a salir, adelante, a mí me da igual.
Al menos ella me preguntó primero.
-Solo bromeo, Leah -Karina rio-. Quería ver tu reacción y comprobar si era cierto que ya no lo querías.
Era cierto que no me importaba, pero aún así suspiré aliviada en mi mente; que mi mejor amiga saliera con él no iba a ayudarme a olvidar su existencia.
Y ahora que lo recuerdo, Karina tiene novio, ¿cómo pude caer en la broma?
-¿Qué tal reaccioné? -pregunté con curiosidad.
-Creo ya que lo superaste –dijo mientras me chocaba los cinco.
.-.-.-.-.-.-.-.
Al día siguiente me encontraba de nuevo con Karina, ahora discutiendo, en el colegio, a la hora de salida.
-¡No, no y no! -exclamé-. La última vez que me presentaste a alguien saliste corriendo y además todo salió mal
-Primero que todo, no salí corriendo. Y segundo, te presentaré mucha gente -afirmó Karina-, pero esta vez los investigaré primero. Recuerda que te hice una promesa, Leah.
-Karina, realmente no espero que la cumplas.
--Sshh la cumpliré -dijo sonriendo-, creo que ese es mi taxi, nos vemos, Leah.
-Adiós -suspiré y comencé a caminar hacia mi casa, esta vez iba en silencio sin escuchar música. Estaba perdida en la luna, por lo que brinqué asustada cuando sentí una mano en mi hombro.
Me di vuelta a ver quién era.
-¿Diego? -pregunté sin dejar de caminar, él me siguió.
-Leah... Hola.
-Hola -dije confundida.
-¿Te importa si te acompaño de camino? -preguntó.
-No, claro que no -dije con amabilidad, pero preguntándome qué rayos quería.
Había un silencio incómodo entre nosotros, y yo no pensaba ser quien lo rompiera.
-Leah... -finalmente habló-, quería disculparme por todo, fue un mal entendido y creo que me pasé un poquito, no debí decir... Bueno, nada de lo que dije.
Oh por Dios ¡se está disculpando!
-... A mí tampoco me gusta caminar solo hasta casa -continuó-, y tú eres la única persona que conozco que vive en Ciudad Clavel...-me hace sentir que no le queda de otra, estoy bien con ello-. Lo que trato de decir es que fui un tonto, espero que puedas perdonarme y talvez podamos ser amigos.
No puedo creer que se disculpara, no pensé que le importara lo suficiente lo sucedido como para querer disculparse. Talvez no es un idiota después de todo.
-Soy un idiota -siguió- en serio, no debí...
-No digas más -lo interrumpí-. ¿Qué te parece si comenzamos de nuevo?
Diego sonrió.
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Hello.
Supongo que ya notaron la nueva portada, quiero darle las gracias a llAishall por hacerla <3
Ya sé que el capítulo estuvo súper corto y no pasó casi nada interesante. Pero no se preocupen subiré otro mañana y será más largo :D
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En busca del amor
Teen FictionHarta de ser ignorada, Leah tiene como meta encontrar el amor. Esperar a que las cosas pasen por sí solas sin arriesgarse no ha dado resultado en 17 años, ¿cambiará algo si decide empezar a tomar riesgos?