--Ya que no quieres ir a bailar, ¿qué te parece si vamos a que conozcas a tus suegros? -sugirió Austin-, aprovechando que están aquí.
No puede ser, no me había dado cuenta hasta ahora de que el señor Lewis es mi suegro.
--¿Es necesario? -pregunté con incomodidad- es decir, de todos modos ya tu padre me conoce.
--Sí... pero no sabe que eres mi novia.
--¿Y estás consiente de que él me detesta?
--Estoy seguro que no te detesta -dijo- vamos, será divertido.
--¿Qué quieres decir con "divertido"? -pregunté preocupada.
Apenas llevamos diez minutos de ser novios, ¡no estoy lista para conocer a mis suegros!
--No te preocupes Leah, todo saldrá bien.
--De acuerdo, iré con una condición -repuse- luego te presentaré a mi padre.
--Trato hecho -accedió y se puso de pie inmediatamente.
¿Qué? ¡¿A él no le da vergüenza?! Rayos, olvidé que no es nervioso como yo.
Austin me tomó de la mano y se dirigió a la mesa en la que se encontraban sus padres.
--No estoy lista para que me conozcan -dije antes de llegar- ni ver sus caras de decepción.
¿Y si le preguntan si no había otra más fea? ¿Y si digo algo súper tonto?
Basta, no importa, no importa lo que piense, yo sé lo que valgo.
--Eso no pasará -Austin rodeó los ojos- ya te dije que todo saldrá bien.
Asentí. Caminamos un poco más hasta que finalmente llegamos a la mesa donde estaban los padres de Austin.
--Papá, mamá, quiero presentarles a Leah -anunció Austin- mi novia.
Sentí mis mejillas sonrojarse y mariposas cuando dijo "mi novia". La madre de Austin me sonrió y el señor Lewis permaneció inexpresivo como siempre.
--H-hola -saludé tímidamente.
--Un placer conocerte, Leah -dijo su madre. Qué señora tan simpática, ya me agrada.
--Igualmente -dije sonriéndole.
--¿Desde cuándo tú y ella son novios? -preguntó Lewis. Tragué saliva nerviosa, el profesor Lewis no me aprueba ni en los exámenes, menos me aprobará como novia de su hijo.
--Desde hace quince minutos -contestó Austin.
Lewis se quedó en silencio por unos segundos que se me hicieron eternos.
--Es bueno saber que tus gustos han mejorado -habló finalmente. Lo miré sorprendida- Leila podrá no ser buena estudiante, pero es evidente que es buena persona.
--Ah... gracias, profesor -dije más tranquilamente, ni si quiera me molesté en corregirlo por llamarme Leila.
--Trátala bien, Austin -le dijo Lewis- sacó mejor calificación que tú en química.
--¡¿Qué?! -dijimos Austin y yo al mismo tiempo.
--La felicito por su nota, señorita -continuó el profesor- fue la más alta del grado.
--¡¿Qué?! -grité sorprendida- ¿bromea, cierto?
--Yo no hago bromas -repuso son seriedad- pero te entiendo, tampoco me lo esperaba.
--¡No puedo creerlo, esto es genial! -exclamé emocionada- ¡aprobé química! ¡Voy a poder graduarme!
Sin poder evitarlo abracé a Austin y no lo solté hasta recordar que sus padres están al frente de nosotros.
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En busca del amor
Teen FictionHarta de ser ignorada, Leah tiene como meta encontrar el amor. Esperar a que las cosas pasen por sí solas sin arriesgarse no ha dado resultado en 17 años, ¿cambiará algo si decide empezar a tomar riesgos?