7-"Te recomiendo ser más discreta"

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En el siguiente recreo busqué a Karina para preguntarle qué había pasado con el director, y talvez disculparme por haber tratado de huir de la escena del crimen.

Luego de un rato caminando la encontré en el pasillo frente a su casillero.

--¡Karina! -la llamé-. ¿Qué te dijeron? ¿Estás molesta conmigo por reírme?

--No -bufó- y nada importante, una boleta por mal comportamiento y listo –se encogió de hombros- y en mi defensa ese viejo se lo merecía.

--Fue épico.

--Ahora agradéceme -ordenó- no solo por presentarte a Dylan, sino también por hacer que ambos rieran hasta ya no poder respirar.

--Pues gracias -dije, la verdad que esta vez salió bien.

--Oíste cuando te dijo "ah sí, yo juego al fútbol, bla bla bla" -Karina hizo su imitación de voz masculina gruesa- ¡seguro que estaba tratando de lucirse! Ya sabes, para impresionarte. Es algo patético cuando hacen eso, ¡pero en este caso es algo positivo! 

Reí y comenzamos a caminar por el pasillo y vi a Dylan, que venía caminando del lado contrario, nuestras miradas se cruzaron y él me sonrió. Me emocioné más de la cuenta y le di un codazo a Karina.

--¡Me sonrió! -exclamé, mucho más alto de lo que debía. 

Dylan volvió a ver. 

Mierda, me oyó.

--Te recomiendo ser más discreta -me susurró Karina riendo- o hablar menos alto, ahora Dylan sabe que te emocionó su sonrisa...

--Cállate.

Todo había salido perfecto y acabo de avergonzarme a mí misma.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Camino a casa solo tenía dos cosas en mi cabeza: 

1- Llegar rápido para ver The walking dead, el capítulo pasado terminó en suspenso.

2- Dylan.

--¿Por qué estás corriendo? -preguntó Diego.

--¡No estoy corriendo, estoy caminando rápido que es diferente! -grité para que pudiera oírme, voy como cinco metros delante de él.

--¿Y por qué vas tan rápido?

--Cosas de la vida -dije imitándolo, él me respondió eso ayer cuando le pregunté por qué había tardado tanto en salir. 

--Leah... ¿estás molesta por eso?

--Pff no, para nada -dejé de caminar rápido un segundo para no tener que hablar gritando- amo cuando la gente no me quiere contar las cosas.

--Tú tampoco me quieres contar por qué vas corriendo -reclamó.

--Voy caminando rápido -le corregí- porque estoy desesperada por llegar a mi casa y poder ver mi amada seria favorita, me muero por saber qué va a pasar.

--Bueno pues... -no escuché lo que sea que haya dicho, no estoy muy atenta.

  --Diego -lo interrumpí- nos vemos mañana, en serio ya no resisto, necesito llegar lo más pronto posible.

Dicho esto, comencé a correr lo más rápido que podía, no tengo la peor condición física, puedo soportar los cuatrocientos metros restantes. Por suerte no hay que cruzar tantas calles  y no había tanta gente que pudiera verme corriendo como tonta, o al menos no gente conocida, que es lo que importa. 

En busca del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora