--Responde mi pregunta.
--¡Porque no quiero que Dylan me vea! -solté, no tenía tiempo para discutir diciéndole que no era asunto suyo-. Ahora si me disculpas... -traté de volver a salir corriendo pero Diego no me soltó.
--¿Y por qué no quieres que te vea? -preguntó confundido.
--¡Te lo explicaré después! -acto seguido lo pellizqué en el brazo para que me soltara.
--¡Ay!
Funcionó.
Por dos segundo.
--Oh, vas a pagar por eso -repuso, todavía sin soltarme dirigió su mirada al grupo que salía de la biblioteca y se me revolvió el estómago cuando vi a...
--¡Dylan! -lo llamó, él volvió a ver y comenzó a caminar hacia acá- somos buenos amigos -me dijo.
Le pegué a Diego un codazo que lo hizo toser.
--¿Qué tal? -dijo Dylan chocando los puños con Diego.
Esto no puede estar pasando.
--Dylan ¿por qué Leah no quería que la vieras aquí? -le pregunté
Sentí mi cara ardiendo, y no sé cómo no se me cayó de vergüenza. Dylan también se había colorado y debe estar tan incómodo como yo.
--Este yo...-habló- no lo sé -nos miró raro y se fue.
Diego rio y yo lo miré con ganas de matarlo.
--¡No puedo creer que le dijeras eso!
--Y yo no puedo creer que me pellizcaras, mira tengo la piel roja.
No recuerdo la última vez que estuve tan enojada como ahora.
--¡Me humillaste frente a él!
Estúpido, estúpido, estúpido Diego.
--Solo te estaba molestando -dijo, desearía poder borrar la sonrisa de su rostro.
--Te odio -dije con seriedad
Diego negó con la cabeza: --Me amas
--Eres literalmente el peor amigo que he tenido -le dije, omitiendo la parte de que también es el único- me hace cuestionarme seriamente si deberías seguir siéndolo.
Finalmente se borró la sonrisa de su rostro.
--Pensé que sería divertido... perdóname.
--¡No, eso fue cruel!
--¿Quieres desahogarte? Golpéame si te hace sentir mejor -sugirió- adelante, te doy permiso.
Lo miré a los ojos. La violencia nunca es la respuesta, pero le di una cachetada con todas mis fuerzas.
--¡Demonios! -se quejó frotándose la cara- ¿Te volviste loca?
--Fue tu idea.
--No pensé que lo hicieras -dijo mientras empezábamos a caminar- ¿con eso me perdonaste? -asentí, aunque todavía lo quiero matar- ¿y me vas a explicar por qué te escondías de Dylan? -preguntó.
Yo negué con la cabeza, no se merecía explicaciones.
.-.-.-.-.-.-.
.-.-.-.-.-.-.-.Al día siguiente estaba satisfecha por no haberme topado a Dylan en toda la mañana. Si ya de por sí me había decidido a no volver a hablarle, después de lo de ayer ahora tampoco quiero volver a verlo nunca. Es una lástima, creo que pudimos habernos llevado bien.
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En busca del amor
Roman pour AdolescentsHarta de ser ignorada, Leah tiene como meta encontrar el amor. Esperar a que las cosas pasen por sí solas sin arriesgarse no ha dado resultado en 17 años, ¿cambiará algo si decide empezar a tomar riesgos?