--No te ríes con nada, ¿cierto?
--No con chistes malos, eso es seguro.
--Dije algunos bastante buenos los últimos quince minutos -repuso Diego- te diré mi último chiste y más te vale reírte.
--Adelante -dije, completamente determinada a no reírme sin importar qué tan gracioso sea.
--¿Quién es el hombre más manso del mundo?
--¿Tú?
--No, es el hijo de Superman.
--¿Por qué?
--¡Porque es Supermancito!
Duré unos segundos en entenderlo, y luego, aunque no era tan gracioso, reí como tonta. Diego sonrió orgulloso de sí mismo.
--Sabía que te haría reír.
--Tú no inventaste el chiste.
--Ssh.
Caminar con Diego en las salidas resultó ser bastante agradable. El primer día él era un poco serio y yo actuaba con timidez, pero hoy que es el cuarto día ya hablamos con confianza.
Jamás pensé que alguien como Diego podría llegar a ser mi amigo. Siempre lo vi como uno de los más idiotas y mujeriegos del colegio, todos los días lo veía almorzando con una chica diferente. Pero ya me di cuenta de que no es tan malo como creía, en realidad, es bastante agradable.
Diego es el único chico que considero mi amigo, por lo tanto, es mi mejor amigo. Pero él no lo sabe.
--¿Sabes, Leah? Es lindo tener una nueva mejor amiga -dijo de pronto.
--Ajá, ¿ahora soy tu mejor amiga? -pregunté sin creerle.
--Sí... no tengo muchas amigas.
--Eso no es cierto -bufé, las amigas le sobran.
--Bueno suponiendo que las amigas con derechos no cuentan...
No sé si reír o vomitar.
Pensé en preguntarle por qué no consideraba estar en una relación formal en vez de estar con tantas chicas a la vez, pero si le decía eso iba a pensar que hablaba de mí, y eso no es cierto.
Miré al otro lado de la calle y ahí estaba la cafetería donde trabaja Spencer. Sonreí al recordarlo, mañana podré verlo de nuevo.
--¿Leah, por qué haces eso?
--¿Qué cosa?
--Todos los días ves la cafetería y sonríes.
--Ah, ¿en serio? No lo sé... -iba a decir que era porque me gustaba mucho el café, pero después Diego iba a pensar que estaba insinuando que quería ir a tomar café con él, lo cual tampoco era cierto. En teoría, cuando estoy con Diego tengo que ser cuidadosa con lo que digo porque me da miedo que piense que me gusta de nuevo. Sí, soy paranoica.
--Oye... ¿Me puedes esperar un segundo? Quiero ver algo -le dije- pero si te da pereza esperarme... eres libre de irte.
Él asintió. No sé si significa que me va a esperar o que se va a ir, pero me da igual.
Crucé la calle y caminé hasta la cafetería, no pienso ir a saludar a Spencer ni tampoco a ordenar un café, solo quiero ver si está ahí, así tal vez descubrir más de su horario de trabajo. Diablo, soy una acosadora.
Me asomé y ahí estaba, pero sentado junto a una chica, y para mi gran sorpresa esa chica era mi hermana Lucía.
No lo puede creer... ¡Estúpida Lucía!
![](https://img.wattpad.com/cover/65711659-288-k700382.jpg)
ESTÁS LEYENDO
En busca del amor
Ficção AdolescenteHarta de ser ignorada, Leah tiene como meta encontrar el amor. Esperar a que las cosas pasen por sí solas sin arriesgarse no ha dado resultado en 17 años, ¿cambiará algo si decide empezar a tomar riesgos?