--No voy a prometer nada -dijo Charlie mientras se daba vuelta y se iba caminando de lado contrario.--¿Para qué quieres que Mariela esté enfadada conmigo? -pregunté.
Él me ignoró.
--¡Charlie! -siguió caminando- ¡oye te estoy hablando! ¡Contéstame!
Continuó su camino y yo no pensaba perseguirlo. Cerré mi casillero frustrada provocando un gran estruendo.
--Tranquila, Leah -me sobresalté con la voz de alguien.
--Alexis... hola -saludé, algo apenada.
--No es por nada, ¿pero por qué sonaste el casillero con furia?
--Yo... -¿Le cuento? Sí, veamos qué opina-. Verás, mi amiga Mariela está enojada conmigo porque su novio le dijo una mentira sobre mí, y ahora estoy muy molesta con él por no decirle la verdad, y con ella por no creerme a mí.
--Oh -dijo arrugando las cejas- ¿y qué vas a hacer?
--Por ahora nada, Charlie dijo que mañana le dirá la verdad, pero no estoy segura de que lo haga.
Alexis solo asintió, probablemente ni me entendió.
--¿Vas para la soda?
--¿Qué? -pregunté confundida.
--A la soda, a comprar el almuerzo....
--Oh. ¡Sí!
Había olvidado que era hora de almorzar.
--¿Vamos?
Asentí y lo seguí.
.-.-.
Luego de hacer fila por un rato finalmente conseguimos nuestros almuerzos. Busqué con la mirada la mesa en la que siempre se sientan mis amigas, fruncí el ceño al ver que Mariela estaba con ellas, no sé porque me sorprende si era obvio que iba a estar ahí, son sus amigas también.
--¿Sucede algo? -preguntó Alexis.
--Mariela está con mis amigas y...
Rayos, no quiero sentarme en la misma mesa que ella, sería incómodo y probablemente me haga otra escena, no estoy de humor para tolerar eso.
--Ya veo -dijo Alexis- ¿tienes otras amigas además de ellas?
Ay Alexis, ¿piensas que las amigas me sobran?
--No en realidad -admití avergonzada.
--Bueno, si quieres puedes almorzar conmigo.
Lo miré incrédula, esta es la mejor opción de todas las posibles.
--Sí, me parece bien -accedí, claramente- muchas gracias, habría sido muy incómodo para mí sentarme con Mariela.
.-.
¿Más incómodo que esto?
Creí que iba almorzar solo con Alexis, pero en realidad era con toda su manada de amigos.
--Gente, les presento a Leah -dijo.
Me saludaron animadamente y me dijeron sus nombres. Eran cuatro chicos y dos chicas. Alexis se sentó y yo me senté a la par suya. Sentí que alguien en la mesa de la derecha me estaba viendo, giré la cabeza para ver quién era y resultó ser Becca, me sonrió al ver que estaba a la par de su hermano, yo puse los ojos en blanco pero luego le devolví la sonrisa.
--¿Estás en nuestra generación, Leah? -Preguntó uno de los amigos del Alexis.
--No, estoy en último año -intento hablar con tranquilidad, pero estoy nerviosa, soy mala para socializar.
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En busca del amor
Teen FictionHarta de ser ignorada, Leah tiene como meta encontrar el amor. Esperar a que las cosas pasen por sí solas sin arriesgarse no ha dado resultado en 17 años, ¿cambiará algo si decide empezar a tomar riesgos?