Un Verano Desastroso [#CG2]

8.

           
—Lavina—sentí a alguien sacudirme.

—Quiero dormir—me quejé tapándome la cabeza.

La cama se hundió y un brazo me sujeto de mi cintura.

Bien, ese movimiento hizo que abriera mis ojos.

Hemmo dormía profundamente a mi lado.

Dirigí mi vista al reloj que tenía en mi mesa, el aparato indicaba las tres de la mañana, mierda recién a las doce me había podido acostar luego de que Luke llegará y revolucionará todo.

Suspirando me di vuelta despacio para evitar aplastar a mi perro.

Max curvó una sonrisa.

—¿Que sucede?—bostecé mirándolo.

Llevo su mano hasta mi mejilla y sus labios tocaron los míos.

Eso me tomó por sorpresa pero aún así le correspondí.

A veces no sé qué son ustedes exactamente ¿Debería llamarlo novio?

No, es mi amigo.

Claro, amigo.

De un momento a otro tenía a Max sobre mí.

Sus besos se dirigieron sobre mi cuello haciendo que por un segundo pierda el control.

Esto no está bien.

Estaba por apartarlo pero justo un ruido proveniente de Brea nos hizo detener.

Había olvidado completamente que compartíamos la habitación.

Sacudí la cabeza.

—¿Por qué estás aquí?

Max suspiró y se acostó a mi lado.

—No podía dormir.

—¿Y eso?—pregunté colocando a Hemmo entre ambos por si las hormonas volvían a atacarnos.

Se quedó un minuto en silencio.

—¿Que somos?

Me quedé en silencio.

—¿Amigos?— prendí mi lámpara y me puse de costado para mirarlo—Somos amigos, ¿cierto?

Max me observó sin parpadear.

—Lo somos pero, estoy comenzando a confundirme.

Suspiré.

—Tal vez nunca debimos besarnos.

—Tal vez—masculló— ¿Lo amas?

Preguntó de repente.

—A Hemmo, si—dije riéndome—Es hermoso, mi bebé.

—No habló de Hemmo—carraspeó—Jesse, así se llama ¿no?

Me enderecé en la cama.

—¿qué sucede con él?

Me imitó y apoyo su espalda en el respaldo de la cama.

Hemmo se movió estirándose, por un momento nos quedamos otra vez en silencio mirándolo.

—Me pregunto si tal vez podríamos ser más que amigos, no voy a fingir que no me gustas.

—Mmm, Max.

Sonrió.

—Lo amas y por eso no te permitís seguir.– me miró fijamente a los ojos.

—Max me gusta estar contigo, de verdad, y me gusta lo que tenemos. Pero no quiero una relación, lo arruinaría y no quiero que nuestra amistad se termine.