Un Verano Desastroso [#CG2]

7.

LAVINA

Varios gritos me despertaron de mi hermoso sueño donde por fin conocía a mí amado Luke y a todos los chicos de 5sos.

Sigue soñando porque jamás podres conocerlos, hay que ser realistas eso solo le sucede a rayita.

Pepita rompiendo mi corazón desde que nací.

Miré a mi alrededor para verificar que ya era de día y que nos habíamos quedado dormidos en el living limpiando el desastre de anoche.

Me levante del suelo donde utilicé a Max como almohada.

Lo observé por un momento y me agaché para besar su mejilla, no lo sé, se veía adorable.

—Suéltame, estúpida—chilló alguien, todo el barullo venía de afuera.

Como soy curiosa me dirigí a la ventana, pero no podía ver nada, solo escuchaban las quejas.

Me asomé despacio a la puerta abriéndola un poco.

Al lado de mi casa había dos chicas revolcándose en el piso mientras alguien trataba de separarlas.

—No me llames estúpida, arpía devoradora de hombres ajenos—gritó una de las chicas agarrando a su contrincante de los pelos—Eso te pasa por hacerte la linda enfrente de mi novio, imitación barata de Barbie.

—Amor, por favor para un momento. Te lastimarás—el chico agarró de la cintura a la chica que estaba encima de la otra.

—Todavía no termine—pataleó tratando de volver al ring—Colt, déjame ponerla en su lugar.

—Mis extensiones—lloriqueó la rubia que yacía tirada—mis hermosas extensiones.

—¿Bethany?—murmuró Alexa, no me había dado cuenta de que estaba detrás mío viendo semejante espectáculo, aunque faltaban las palomitas.

Ayudo a levantar a su hermana del suelo y sin decir nada cruzaron a su casa.

—Le regalaré estas extensiones a Ciara—dijo Fiona acomodándose la ropa, luego las miro y las tiró—Mejor no, seguro tienen piojos.

—No era necesario que te rebajes a su nivel, estoy seguro que eso era lo que pretendía—Colt le dió un beso en la sien—¿te lastimaste?

—Estoy bien—dijo yendo hasta la puerta del vecino y tocando sin parar el timbre.

A todo esto, seguía afuera viéndolos, pero ellos al parecer a mí, no.

—Lavina Louise Brown, abre la maldita puerta—gritó—o la bajo a patadas.

—Fiona, relájate—murmuró Colt.

Fiona tiene sus momentos.

—Los vecinos no se encuentran—reí para llamar su atención.

Fiona al verme corrió hacia mí.

Encantada abrí mis brazos para recibirla.

Hubiese sido un lindo abrazo si no hubiera tropezado con Hemmo que salió despavorido a saludarla.

Me agache para agarrar a mi bebé.

—Hiciste caer a la tía Batifiona.

Hemmo inclinó su cabeza.

—¿Es tuyo?—señaló Colt besando mi mejilla y dándole una mano a Fiona para que se levante.

Asentí—Se llama Hemmo.

—Hola, Hemmo. Estas perdonado solo porque eres lindo—se acercó Fiona para acariciarlo y el cachorro le lamió la mano. Luego me miró y me dió un abrazo evitando aplastar a mi perro—¡te eche de menos!