Un Verano Desastroso [#CG2]

9.

JESSE

—Al fin ¡están aquí!—exclamó Bethany abriendo la puerta del auto y sin darme tiempo a hacer nada, me agarró del brazo sacándome de allí.

—Alguien estaba muriendo por verte—canturreó Dax saliendo del otro lado.

Alexa vino caminando lentamente hacia nosotros, a diferencia de su hermana ella no armó un alboroto con nuestra llegada, se acercó primero a Dax quien la recibió con los brazos abiertos.

—Mi prima favorita—apretó a Alexa haciendo que esta se queje.

Bethany por otro lado se pegó a mi como un chicle.

La tomé de sus hombros para alejarla.

—Ya déjalo—suspiró Alexa ayudándome.

El idiota de Dax lo único que hacía era reírse de la situación.

Según él, Bethany todavía seguía enamorada de mí. Admito que cuando éramos chicos nos besamos, pero eso fue lo único que sucedió entre nosotros y parece que eso la confundió durante los cinco años que nos conocemos, ahora por ese pequeño error actúa como una loca cuando estoy a su alrededor y si bien es linda, no es mi tipo de chica y me asegure varias veces de hacérselo entender.

La rubia hizo un puchero, pero la ignoré, y me fui a saludar a su hermana.

Alexa me caía mucho mejor.

—Qué bueno que llegaste—dijo mirando como su hermana volvía a la casa echa una furia por no ser el centro de atención—Gracias a ti, no estará detrás de los novios de mis amigas y estará en modo psicópata contigo.

—Oh, es bueno oír eso—dije con sarcasmo.

Dax palmeó mi espalda.

—Eres un héroe, piénsalo de ese modo.

Sacudí la cabeza y los tres seguimos a nuestros padres quienes iban platicando adelante de nosotros.

—Sabes que ella está aquí ¿no?—masculló Dax a mi lado.

Asentí, todavía no puedo creer que estemos en el mismo lugar.

Que tan pequeño es el mundo ¿no?

—Es momento de volver al mundo real.

*

—Según Colt—habló Dax mirando su teléfono—Lavina podría tener novio, aunque no sabe muy bien si lo son.

Me encogí de hombros.

—Ella puede hacer lo que quiera con su vida—dije clavando la vista en mi madre quien reía y de vez en cuando tocaba su estómago distraída.

—¿Es lo único que dirás? —preguntó Dax golpeándome la nuca.

Fruncí las cejas volviendo mi mirada hacia él.

—Si, merece ser feliz—dije parándome.

—Deja de actuar así conmigo—chilló frustrado.

—No seas dramático.

—Y tú no seas estupido—rodé los ojos—Vamos, todo estará bien. Ella lo está, mírala.

—Sigo siendo el mismo—fue lo único que dije. Abrí la puerta del cuarto en donde estábamos.

—No, el otro Jesse me caía mejor—fue lo último que escuché antes de cerrar la puerta.

—Vete al demonio—murmuré caminando por el pasillo de la gran casa.