Un Verano Desastroso [#CG2]

26.

BREA

Esto de tener un novio es nuevo para mi, por eso cuando amanezco en los brazos extremadamente fuertes de Dax pellizco mi brazo diez veces para saber que en realidad está pasando y no es un simple sueño.

Si mamá me viera en estos momentos, seguramente no dudaría en enviarme a un convento y no vería la luz del día por un largo tiempo.

Ella es de las personas que creen que enamorarse a esta edad es un descuido a nuestro futuro, quiere que me convierta en una buena abogada y después de tener un título enfocarme en lo que quiero, como tener un novio que me amé y formar una familia.

Desde que tengo memoria mamá siempre ha guiado mi vida, al principio no me queje.

No le daba tanta importancia, pero a medida que fui creciendo me di cuenta de que necesitaba un poco de libertad, que necesitaba ser yo y no tan ella.

Tal vez su manera de ser así tan cerrada fue a causa de mi padre, que la marcó de por vida. Nunca lo conocí, lo único que me enteré por terceros es que un día ella dejo todo por la persona que amó y cuando este se enteró que venía en camino dejo a mamá sin ninguna explicación.

Ella creyó que cuando me viera y me tuviera en brazos todo cambiaria y viviríamos como una familia feliz, pero el final fue muy distinto, terminó huyendo conmigo a Londres.

Por eso supongo que ella no quiere que me enamore o algo así, evita a toda costa que arruine mi vida.

Y por un lado la entiendo, entiendo que quiera protegerme. Pero quiero hacerle entender que soy grande y que estoy preparada para hacer mi vida, puedo equivocarme en mis elecciones, pero siempre puedo levantarme y volver a empezar.

No sé cuánto tiempo me quede observando el techo. Pero de un momento a otra tenia a Dax sobre mí.

—Buenos días—murmuró besando sonoramente mi mejilla.

Sonreí como una estúpida.

—Hola.

Estaba casi segura de que mis mejillas eran como las de un tomate, me cuesta estar así con alguien. No tengo experiencia. Por momentos me encuentro tímida y por otra soy la chica más directa que puede existir.

—Me gustan tus abdominales ¿puedo lamerlos?—toquetee su pecho.

Ven lo que les digo.

Dax largo una fuerte carcajada.

—Por esas cosas me gustas, no tienes miedo a decir lo que piensas.

—Como sea. ¿Qué te parece que ponga Nutella en tu hermoso cuerpo?—subí sugestivamente las cejas.

—Me parece una idea fantástica—respondió saliendo de la cama y llevó sus manos a su cabeza quejándose.

—Te dije que no bebieras—le entregue una pastilla para el dolor.

Se acercó y me dio un casto beso.

Luego salió de la habitación para ir al baño.

Rápidamente me vestí.

Estaba arreglando la cama cuando una Marleen alterada entro.

—Necesito hablar contigo.

Al verla puede ver que tenía todo su maquillaje corrido.

—¿Estás bien?—pregunté preocupada.

En ese momento Dax apareció.

Marleen se aclaró la garganta y disimuladamente me hizo seña para que echara a Dax, bien. Al parecer era un tema serio.