Un Verano Desastroso [#CG2]

38.

JESSE

- ¿Hiciste todo esto tu solo? –pregunto Lavina masticando su hamburguesa.

-En realidad lo hice con un poco de ayuda- dije- pero todo fue idea mía.

Asintió concentrada en su plato- Es muy lindo, en serio. Gracias.

Me dio una sonrisa que hizo que inmediatamente sonría.

Limpie mi boca con la servilleta- Entonces... ¿quieres hablar?

Pude ver como su ceño se frunció, dejo su plato a un lado.

-No quiero presionarte, pero si necesitas hablar sobre lo de esta mañana no dudes en confiar en mí.

-Mi padre quiere verme después de desaparecer durante dos años- soltó.

Su mirada se dirigió al fuego que desprendía de la chimenea.

-No entiendo porque decide aparecer justo ahora- siguió- todavía recuerdo cuando desperté y vi llorando a mi madre en la cocina. No me decía nada, solo lloraba. De la desesperación por no saber que sucedía corrí en busca de mi papá, pero no lo encontré, tampoco sus cosas. Ahí comprendí que se había ido y durante los siguientes meses me hice la idea de que no volvería. No sé, con el tiempo me acostumbre a su ausencia.

Apreté su mano que estaba sobre la mesa, eso hizo que sus ojos verdes se posaran en mí.

-Todos cometemos errores- dije- tu padre debe tener sus razones. Tienes que dejar que te vea, necesitan hablar sobre eso.

Se zafó de mi agarre y se levantó echando furia.

- ¡Es que no lo entiendes! En todos estos años no recibí ni un llamado de su parte. No se despidió de mí, no me dejo una carta, nada. Solo se fue y lo único que obtuve fue su estúpido auto - se rio de mala gana- como si eso hiciera que el dolor fuera menor.

-Te entiendo, pero tal vez necesites saber la verdad ¿No quieres saber por qué se fue? - trate de verle el lado positivo- puede que le haya sucedido algo, Lavina. Sé que lo que hizo estuvo mal, pero no sabrás nunca que es lo que paso si no le permites que hable contigo. Necesitas respuestas y es el único que las tiene.

Se mantuvo callada caminado con los brazos cruzados por la cabaña.

-Mi padre era todo para mí- murmuro- Siempre fui su niña revoltosa.

Me levante y me acerque a ella.

-Estoy seguro de que lo sigues siendo- dije dándole un abrazo. Lavina apoyo su barbilla en mi hombro.

-No sé qué hacer, Jesse- mascullo- ¿Qué harías en mi lugar?

Un nudo se me instalo en mi garganta.

-Si estuviera en tu lugar, dejaría el pasado en donde tiene que estar y buscaría a mi padre. No esperes a que sea demasiado tarde, aprovecha que lo tienes y que te quiere ver. Está dando un paso grande, Lavina.

Nos quedamos en silencio.

-Tengo miedo- dijo- miedo de que, si dejo que entre a mi vida, decida irse de nuevo.

-No pienses así. Tu padre cuando te vea y se dé cuenta de la hija que tiene no querrá separarse de ti nunca más.

-Estoy segura de que tu padre estaría orgulloso de ti en estos momentos. Gracias por esto.

La apreté contra mí. No sabía que decir.

-Sabes, tienes razón- dijo al ver que no iba hablar- tengo que verlo. No puedo desaprovechar el momento, tengo muchas cosas que saber. Debe ver una razón y no puedo dejar que pasen otros dos años.