Problemas y salida -Editado-

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Las puertas se abren revelando el pasillo con asientos a los lados y paredes completamente blancas adornadas con unos pocos retratos pintados.

Continuamos nuestra marcha hasta la habitación donde está mi mamá.

-¿Me podrías esperar aquí? Por favor, Frankie- Hago un pequeño pucherito.

-Está bien Harry, te espero aquí afuera- Sonríe un poco.

Doy 2 toques a la puerta y seguido giro la perilla haciendo que la puerta se abra, asomo un poco mi cabeza asegurándome de que no se encuentre una enfermera trabajando.

-¿Seguro que no quieres que te acompañe?- Escucho preguntar a Frankie.

Volteo a verlo y niego con la cabeza.

Fijo mi mirada a donde está la cama y ahí la veo, pálida, ojeras debajo de sus ojos, su cara está pintada de pequeños toques grisáceos, morados y verdosos. Siento mi estómago revolverse al verla en ese estado, entro a la habitación y cierro la puerta, a paso lento me coloco del lado izquierdo sosteniendo su rasposa y maltratada mano. Suelto un pequeño sollozo, mis ojos pican por contener las lágrimas que amenazan salir desde que la vi inconsciente en la cama. Llevo mi mano a la altura de mis labios y deposito un beso es ella.

-Mamá...- Hablo en un hilo de voz.

Carraspeo un poco.

-Lo siento mamá-.

Sorbo por la nariz, vuelvo a besas su mano en un acto de brindarle mi amor.

Del dorso de su mano, una vía intravenosa colocada en su vena Metacarpiana se nota, observo la sangre pasar por el pequeño tubo conectado a la aguja. Escucho la puerta abrirse con los gritos de Frankie. Me incorporo un poco mirando fijamente a la puerta blanca que antes estaba cerrada.

-¿Quién es usted y que hace aquí?- Escucho a la enfermera preguntar con molestia.

-Soy su hijo y vine a verla- Digo.

-La señora no puede tener visitas ahora, así que le pido que se retire-.

La fulmino con la mirada, tenso mi mandíbula.

-Escuche señorita...-.

-Señora déjelo ve...-.

-Frankie, espérame afuera- Digo molesto.

Escucho a Frankie resoplar y la puerta cerrarse.

-Bien señorita, yo pedí ver a mi madre y aquí estoy, no me puede sacar ahora-.

-Llamaré a seguridad- Dice furiosa.

-¡Hágalo! Como si me importara- Saco mi dedo medio.

La veo abrir la puerta y cerrarla con un portazo, siento la cama moverse y volteo a ver a mi madre tratando de abrir sus ojos.

-Mamá, estás bien- Digo feliz.

Esboza una pequeña sonrisa.

-Fue muy duro hoy, no preguntes que paso en mi frente, estoy bien, ahora solo importas tú-.

Hace una pequeña muequita de desagrado.

-¿No puedes hablar?- Pregunto.

Menea su cabeza de un lado a otro negando.

-Te amo mamá, no sabes cuánto- Siento mi mejilla mojada.

Llevo mi mano hasta ella para limpiar el agua salada que reposa en todo mi cachete. Veo a mi madre dejar caer sus comisuras y sus ojos se cristalizan.

-No mamá, no llores por favor- Muerdo mi labio inferior -Tengo que irme, la enfermera vino y dijo que llamaría a seguridad y no quiero problemas, te amo, volveré cuando pueda ¿Si?-.

Coloco mis labios en su frente y doy un pequeño beso.

-Me voy mamá, hasta luego- Camino hasta la puerta y salgo de la habitación.

Llevo mis dedos índices hasta mis mejillas y limpio los restos de lágrimas que quedaron.

-Vámonos Frankie, los de seguridad no tardarán en llegar-.

-Claro, vamos-.

Empiezo la caminata hasta las escaleras, seguramente la enfermera y los guardias llegarán por el ascensor. Al salir, entramos en el auto de Frankie.

-Gracias por traerme, ya puedes llevarme a casa Frankie- Agradezco mostrando mis hoyuelos.

-¿No te gustaría ir a otro lado? No sé, a una heladería, cafetería o un restaurante, yo te invito-.

-Me parece perfecto, gracias- Sonrío ampliamente.


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/Pedro/

Cortes De Amor-(Larry Stylinson)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora