Destinados » Larry

Capítulo XXIX

~ Escape ~

Había perdido el conocimiento otra vez. Al despertar, noté que estaba en la celda. Intenté dormirme de nuevo para librarme del dolor que sentía. Sin embargo, una voz me distrajo de este esfuerzo. Ella estaba allí, la doctora, sentada pacientemente en un rincón de la celda.

-No nos dejaste otra alternativa que sedarte -dijo a mi espalda.

Deseé que me sedaran de nuevo. Solo quería dormir, para siempre. Ojalá hubiera tenido veneno para acabar con aquel dolor insaciable, en vez de seguir viviendo después de que me arrancaran una parte tan grande de mí.

-Hay otra salida, ¿sabes?

No respondí.

-Podría haber una solución para que no tengas que dejar de ver a Harry...

Me incorporé de golpe en la cama.

-¿Cómo? Haré lo que sea. Jamás volveré a tocarlo, lo prometo. Pero, por favor, no lo quite de mi lado

-Harry y tú han mostrado unas características interesantes -hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas-. Se las arreglaron de alguna manera para desarrollar tolerancia al otro y poder controlar los impulsos eléctricos que fluyen por sus cuerpos. Eso no había pasado nunca. Admito que fue una de las razones por las que tardé tanto en intervenir. Las lecturas eran tan inesperadas que dejé que las cosas siguieran su curso

-¿O sea que permitieron que Harry y yo nos enamoráramos? -la ira volvió a apoderarse de mí-. ¿Nos utilizaron porque eso convenía a su experimento? -Comencé a temblar y las lágrimas amenazaban con salir de nuevo.

-Era lo mejor para la empresa -admitió la doctora sin el menor remordimiento.

-Somos dos personas inocentes que ustedes han utilizado y con las que han jugado como si fuéramos unos muñecos de juguete -Entonces me cayeron las lágrimas mientras ella me miraba con enojo.

-Si dejas de llorar y me escuchas te explicaré la otra solución

-¿Qué solución? -chillé.

-Podrás verlo durante los experimentos que llevemos a cabo. El estudio de su inmunidad es vital para la empresa

-¿O sea que seremos como conejillos de Indias a los que estudiarán en un laboratorio?

-No te lo tomes así. Podrán tener visitas vigiladas, momentos en que podrán estar juntos y hablar. Aunque siempre habrá un tercero para controlarlos

Meneé la cabeza.

-Eso no es una relación

-Al menos te permitiría verlo

Posé los ojos en ella y la miré con detenimiento. Pese a que tenía la vista borrosa a causa de las lágrimas, tuve la sensación de que por fin la veía con claridad. Carecía de alma. Le faltaba algo. Tal vez amor.

Se puso de pie.

-En estos momentos estamos concienciando a tu novio. Antes de esta noche, los dos deben tomar una decisión. Solo tienen dos opciones: colaborar con nosotros o no volver a verse jamás. Que te diviertas decidiendo entre una u otra -salió de la celda y ordenó a los guardias que cerraran la puerta.

Me quedé solo durante varias horas. Una vez que se me pasaron las ganas de llorar y la rabia, me puse a meditar sobre las palabras de aquella mujer.

¿Volvería a verlo?

Enamorarme de Harry había creado en mí una dependencia que nunca se me habría pasado por la mente tener. Él se había convertido en mi otra mitad. E iban a separarnos. Para siempre. Me sentiría incompleto durante el resto de mi vida. Me faltaría una parte de mi ser hasta el día de mi muerte. A pesar de todo, si alguien con magia se ofreciera a borrar los más lindos recuerdos con Harry, no se lo permitiría. Me sentía afortunado por haber compartido tiempo con él. Tal vez por eso todos nos aferramos al amor. Porque los breves momentos de amor, con o sin una pareja, son los únicos momentos en la vida en que somos felices de verdad, en que toda la mierda no nos importa.