Destinados » Larry

Capítulo XXX

Me sudaban las palmas de las manos mientras recorríamos un pasillo tras otro en busca de una salida.

-¿Adónde iremos? -pregunté con la voz cansada.

-No lo sé -respondió Harry sin aflojar el paso-. Tenemos que largarnos de aquí

Las paredes blancas se sucedían junto a nosotros. Doblamos a la izquierda, luego a la derecha, y otra vez a la derecha, tratando de encontrar una ruta que nos permitiera escapar de aquel laberinto.

-Más deprisa, Louis. La alarma sonará en cualquier momento, y entonces todo se irá a la mierda

Mis piernas corrían como si tuvieran un turbo de energía y un miedo salvaje me enviaba descargas de adrenalina por todo el cuerpo. Doblamos una esquina y topamos con una puerta robusta y cerrada con llave.

-Mierda -Harry miró la puerta de arriba abajo. Era de metal macizo y en vez de manilla, tenía un pequeño teclado numérico a un lado y un escáner de retina.

Harry tenía la cara sudada. Oí el pánico en su voz. Y es que la doctora podía aparecer en cualquier momento y llamar a los guardias para que nos castigaran. Volví la vista hacia el pasillo por donde habíamos venido, imaginando que la doctora se asomaría por el otro extremo. Cuando miré de nuevo a Harry, estaba sonriendo.

Tenía un plan.

-Creo que ya sé cómo abrirla

-¿Cómo?

-Podría encender la alarma

-Bueno, y entonces ¿qué haríamos?

Harry tomó mi rostro entre sus manos, y las luces del techo parpadearon. Alcé los ojos hacia ellas, antes de que Harry me obligara a devolverle mi atención.

-Escúchame, Louis. Mientras estemos en este edificio, quiero que te concentres en cuánto me quieres, en cuánto me deseas. ¿Recuerdas qué estaba sucediendo entre nosotros antes de que ellos llegaran? Quiero que pienses en eso todo el rato mientras estemos dentro, ¿Sí?

Asentí, aunque no estaba seguro de lo que planeaba.

-Y si conseguimos salir de aquí, no te alejes de mí, sígueme, pero sácame de tu mente. Imagina que no existo. Finge que no estoy y que estás huyendo solo, ¿entendido? -Yo asentí otra vez-. Tienes que confiar en mí, Louis. Creo que he descubierto cómo funciona esto. ¿Me prometes que harás todo lo que te dije?

Entonces lo comprendí todo. Harry no quería que nos localizaran una vez que lográramos salir. Mientras pensara en él con amor, emitiría algún tipo de corriente y eso nos delataría. Deseaba con todas mis ganas que su plan funcionara porque no teníamos otro.

-Te lo prometo

Harry sonrió.

-Bien. Vamos allá

Harry puso una mano en el teclado y me acarició el mentón con la otra. Inclinó el rostro hacia mí. Cuando me besó, mis labios ardieron y la electricidad convulsionó mi cuerpo. Solté un gemido y le agarré la cara para traerlo hacia mí.

Nos interrumpió un ruido tremendo. Un timbre que nos atravesaba los tímpanos como agujas. Abrí los ojos. El brillo rojo parpadeante de las luces de alarma de todo el edificio inundaba el lugar.

-Louis, lo conseguimos

La puerta había saltado de sus bisagras. Unos cables colgaban del teclado, emitiendo chispas como pequeños fuegos artificiales. La puerta derribada daba a un pasillo con techo de cristal. Miré hacia arriba y vi el cielo. Se había puesto de color gris oscuro y una lluvia intensa caía con fuerza sobre el vidrio.