~ Yo ~
Soy Louis Tomlinson, un chico normal de 18 años. Algunos amigos me llaman Tommo y otros simplemente, Louis. ¿Mi vida? Nada interesante era antes de que todo comenzara.
Recuerdo que era viernes de un día de invierno en la ciudad y Londres estaba hecho un caos. Automóviles acoplados en las calles, personas transitando por todos lados, otras esperando el taxi para llegar a casa y turistas de todas las nacionalidades posibles. Mi viaje a casa se estaba haciendo eterno y fue entonces cuando me dediqué a mirar desde la ventana del autobús.
Mis ojos pesaban. Me había despertado temprano después de dormir por casi cuatro horas. Un grave error si lo que quería era concentrarme en la clase de francés del profesor Colin, un hombre regordete a quien le tengo mucho cariño y no porque su clase sea mi favorita, al contrario, la verdad es que aprender idiomas nunca fue lo mío. Tal vez sea un problema de familia porque ninguno de mis padres logró aprender otro idioma en el instituto.
El profesor Colin ayudó de mi cuando tuve mi primera crisis de pánico. Sí, es algo loco, pero no todo en la vida puede ser perfecto. Todo comenzó hace un año. Estaba en el museo de París junto a toda la clase de idiomas. Un chico flaco y pelirrojo que me recordaba a Alfredo Linguini, el joven torpe y tímido de la película Ratatouille, nos guiaba por un largo pasillo dentro del edificio. De un segundo a otro y sin saber por qué un miedo ensordecedor paralizó mi cuerpo completo. Sentía que me estaba muriendo de forma violenta, como si estuviera viviendo mis últimos segundos de vida y escuchaba el pulso de mi corazón latir con fuerza. Todo parecía tan irreal y me ahogaba en una sensación de calamidad que parecía no tener fin. De pronto, las voces a mí alrededor se apagaron y a los pocos segundos todo se volvió negro. Fue una experiencia aterradora que llegó sin aviso alguno y que ha sido difícil de controlar.
El bus se detuvo y también mi vista lo hizo sobre una pareja de novios que actuaban de manera empalagosa. La chica abrazó al chico y éste depositó un beso en su frente. Me pregunté si entre ellos existía eso que se llama amor. Una pequeña palabra que para muchos tiene significados muy grandes y que para mí no es nada más que una simple fantasía que te pinta un mundo lleno de lindos colores. Una sensación que te engaña y te hace creer que no puedes vivir sin el otro, pero es sólo la costumbre que tienes de estar con esa persona y el miedo a no quedarte solo. Algo pasajero que va y que viene en forma de chico o chica perfecta.
Dos minutos más tarde la pequeña tienda de chocolates artesanales me indicó que debía bajar. Pasé por al lado de una mujer que maquillaba sus pómulos y esquivé a unas cuantas personas para llegar hasta el timbre del autobús. Bajé dando un salto que por poco me dejó tirado en el suelo. Tener las piernas cortas no ayudaba mucho. Una gota de agua cayó en mi nariz. El cielo estaba gris y no me sorprendí para nada porque en esta ciudad llueve todos los malditos días. Aceleré mis pasos cruzando la esquina próxima y logré ver mi casa a un par de metros. Entrando encontré a mi padre tirado sobre el sofá, su mano sosteniendo el control de la televisión y sobre la pantalla de ésta, el noticiero de todas las tardes.
-Louis, al fin llegas
-No esperaba verte aquí, papá. ¿Te han corrido del trabajo? -tomé asiento a un lado de él.
-De hecho, es mi día libre -frunció el ceño y noté preocupación en su mirada-. Luces cansado, ¿Has tenido otro ataque?
-Uh, no. He dormido fatal la noche anterior. Es eso -Me levanté sin ánimos de seguir la conversación. No es que no me agradara hablar con mi padre, pero necesitaba un descanso y mi cama es todo lo que quería en ese momento-. Será mejor que duerma. No quiero desplomarme aquí mismo.
-Louis, cariño -Mi madre salió de la cocina. Su mano sostenía una cuchara de madera que movía con rapidez alrededor de un bowl. Era fanática de la pastelería y se pasaba la vida probando recetas que encontraba en revistas o por internet. Mi padre le había sugerido que abriera una pastelería en la ciudad, pero ella se negó a hacerlo. Dijo que era una responsabilidad muy grande y que se sentía bien estando en casa. Nunca más hablaron del tema.
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Destinados » Larry
Fiksi PenggemarPara Louis el amor adolescente como el de Romeo y Julieta solo existe en la literatura, pero esto cambia cuando conoce al chico que le hará creer que el amor sí existe en la vida real, y no es tan malo como parece. Lo que ellos no saben es que ambos...