POV Riza
Era difícil permanecer en silencio. Estaba tan mal herida que ya no podía moverme por mi cuenta. Me encontraba constante en el dolor. Mi cuerpo estaba cubierto de moratones y sangre. Sentía cómo mis huesos estaba apunto de desmoronarse.
-Maldita sea.-gritó mi agresor mientras me pegaba. Abrí la boca para hablar, pero incluso eso me era extremadamente doloroso.
-E-es inútil-.dije en un susurro entecortado. Mi cuerpo temblaba con cada palabra.-Puede hacer...conmigo l-lo que quiera. No ven-vendere al Coronel.
Cerré los ojos. Estaba lista para el golpe que recibiría, pero nunca llegó
-¡Padre!-gritó el joven- Él está aquí.
El sujeto sonrió con malicia.
-Bueno, todo va como esperaba.
No. No Roy no puede estar aquí, no puede venir.
-Bueno niña, al parecer te has equivocado.-mi atacante sonrió.
-Lo tenemos justo donde queremos muchachos.-gritó.
Entraron en la habitación tres hombres que jamás había visto. Uno de ellos se acercó a mí y posicionó su arma a centímetros de mi cabeza. Los otros dos se pusieron de rodillas frente a la puerta.
Mi atacante y su hijo se quedaron en medio de la habitación. Roy caminaba a una trampa y yo empezaba a temblar de nuevo.
No pasó mucho tiempo hasta que la puerta se abrió. Roy se veía furioso, levantó la mano para lanzar un chasquido, cuando al fin pudo advertir mi presencia bajo su mano.
-Riza.-el dolor y la desesperación en su voz eran palpables. Por su rostro cruzó algo que jamás había visto en él. Comenzó a dar grandes zancadas en mi dirección.
-¡Alto!-gritó mi agresor.-Cualquier movimiento brusco y mis hombres dispararán a la chica.
-¡Bastardo!-gritó Roy.
Los dos hombres que estaban frente a la puerta lo inmovilizaron.
-Déjala, ella no tiene nada que ver. Mantenga la al margen de esto.
-Callese Coronel.-dije con todas mis fuerzas.-No haga esto, por favor, váyase.
-¡No! Dejarte ahora es lo último que haría.
¿Por qué tenía que ser tan terco? Me prometí que no lo traería de bajón. Mi trabajo era protegerlo, pero ni siguiera soy lo suficientemente fuerte para cuidar de mi misma. Tenía que empujarlo a la cima, pero solo estoy arrastrandolo conmigo.
-¿Qué quieres de mí?-preguntó.
-Información.-recibió como respuesta.
-Lo que sea que estes planeando para este país.-agregó su hijo.
Esto está relacionado con la milicia. Si se sabe de un acuerdo terroristas... jamás sería Führer. No podía permitirlo.
-¡No diga nada! No dejaré que usted. Yo no valgo la pena como para sacrificar su sueño, el bienestar nacional.-el esfuerzo de hablar estaba causando estragos en mí, sentía el sabor de la sangre en mi boca.-Por favor señor.-dije en un hilo de voz.
-¡No!-vocifero.
-Por favor, Roy.
Esto lo tomó desprevenido, vi la sorpresa en su rostro. En contadas ocasiones lo llamaba por su nombre, incluso si estábamos a solas. Me parecía poco profesional el llamarlo por su nombres. El siempre insistió en ello, y yo me negué.
El me miro, suplicante.
-Por favor, no hagas esto.-dijo. Las lágrimas empezaban a recorrer su rostro.-No puedo perderte.
-Suficiente.-cortó mi atacante.-Comienza a hablar.
-No lo hagas.-suplique. El hombre que estaba en mi guardia me golpeó.
-¡No la toques!-gritó Roy con furia.
Lo miré, la historia se repetía, él me conocía mejor que nadie. Le indique con mi mirada lo que deseaba. Luchar. Fue el mensaje. Roy asintió levemente.
Traté de reponerme y eso llamó la atención. Con la guardia baja fue fácil para el Coronel liberarse del agarre de sus opresores.
No les dio tiempo, los tres empezaron a arder, el niño y su padre se protegieron con la alquimia.
Oí un segundo chasquido. Cuando abrí mis ojos, los tres hombres no eran más que ceniza.
-Parece que tendremos que luchar.-dijo el tipo.
Mi atacante hizo el primer golpe usando alquimia. Creó una espada y empezó a correr hacía mi. Evitó el fuego. Así era un blanco fácil para el muchacho. Sostenía un arma.
-Cuidado.-grité cuanto pude.
Él se percató y lo golpeó. Inmediatamente el padre trató de embestir a Roy pero era tarde. Calló víctima de las llamas. Sentí pena por él, morir así era lo peor. La sensación de que tu piel se derrite, es un dolor indescriptible.
-¡Padre!-gritó el muchacho.-Despierta-dijo. Pero era tarde. El hombre ahora solo era brasas.
Roy corrio hacía mí, me desató y me abrazó.
-Estás muy herida. Tenemos que llevarte rápido al hospital.-Al parecer Roy subestimaba al chico.
-Mi padre.-dijo con el arma en sus manos.-Lo pagarás.
Apretó el gatillo. Hice lo único que podía hacer en mi estado. Hice acopio de todas mis fuerzas y me giré sobre Roy. Vi en su rostro un profundo dolor, al sentir el impacto solo pude sonreirle.
Todo se volvió negro, oscuridad. Oí la voz de Roy llamarme con desesperación. Oí los horribles gritos del niño y los gritos furiosos de Roy. Oí un chasquido tras otro. Oí el sonido de las sineras. Y oí la disputa de los médicos sobre el cómo tratarme.
Y...durante un tiempo, fue todo lo que pude oír.
Pasó mucho tiempo hasta que escuché en pitido rápido del monitor. Por más que quería mi cuerpo no respondía.
"No sabemos si sobrevivirá" escuché una voz en un susurro.
Escuché a otra decir," será mejor informar a la familia" y un "no sabemos cuánto tiempo tiene".
Las voces empezaron a hacer eco y todo se desvaneció.
Me encontraba en el callejón donde fui capturada. Miré hacia atrás, y no pude ver nada. Había una luz oscura, opaca. Quería correr desde ese extremo. Algo se sentía mal.
Luego vi el otro extremo. Encontré una luz brillante, jamás había visto algo tan hermoso. Me sentía plena, en paz, me sentía atraída. Y pude notar una figura al final, no la veía bien. Caminé un poco y entonces lo pude ver con claridad.
Hughes me extendía la mano, con una tierna sonrisa en el rostro.
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Llama eterna.
FanficLa historia se centra en la terminación del anime/manga. Roy y Riza siempre han tenido una relación muy especial e íntima, ambos sienten algo por el otro pero nunca han hablado de sus sentimientos, menos aún con las reglas de prohibición de las rela...