POV Roy
Estuve con ella todo el camino al hospital. Nunca había estado tan asustado en mi vida. Después de llegar inmediatamente busque al médico con desaceleración.
-Tiene que salvarla.-le dije. Me temblaban las manos mientras la recostaba en la camilla.
-Haremos lo que nos sea posible.-respondió él serio.
Solo vi como la llevaban varios médicos y entraban a una sala. Verla en ese estado no me tranquilizaba. Maldita sea. Todo es mi culpa.
Miré a la nada por unos minutos hasta que escuché a Fuery.
-Señor, supimos lo que pasó, la teniente...
Debió ver en mi rostro todo el miedo y la impotencia, pues no hablo más. Estaba devastado. Sentí como unos pasos que se acercaban a mí y alguien puso una mano en mi hombro.
-Coronel.-dijo el Havoc con voz queda.- Señor venga conmigo.
Yo seguía en shock, esta ahora no me había percatado de que estoy cubierto de sangre. Havoc me miraba con pena. Debía de verme indefenso y un poco demente.
-Vamos a que se lave. La sangre seca es difícil de quitar. Si viene conmigo le mostraré...
-¡No!-grité a la defensiva. Ya sabía que él solo quería ayudar, pero yo no era el que la necesitaba.
Yo solo quiero estar solo. Me sentía muy mal y lo último que quería era a alguien diciéndome que lo sucedido no era mi culpa.
-Muy bien, señor.-dijo el.
-Lo siento.-no tenía campo para más culpa.
Camine hasta la sala de espera y me senté, no sabía que hacer o pensar.
Ella no podía irse.-Coronel.-escuche una voz y subí la mirada.
-Mayor Armstrong, pensé que estaría en el oeste.
-Terminé antes los asuntos pendientes. En cuanto me enteré de lo que sucedió quise venir lo antes posible. Lamento no haber llegado antes.
No respondí, no tenía ánimos.
-Coronel, se lo que la teniente significa para usted-siguió él-no imagino como debe estar sintiéndose. Pero estoy seguro de que hizo lo que estuvo en sus manos. Nadie sabe como habrían terminado las cosas si no hubiera actuado de inmediato.
-La vida de Riza está en juego ahora.-dije apretando los dientes, conteniendo mi ira.
-Y usted no puede hacer nada ahora.
Abrí los ojos por la sorpresa. ¿No podía hacer nada.
-No eres médico, ni un dios. No sé lo que pasó, pero ya no puedes cambiarlo, en tu estado no ayudas a nadie. Lo único que puedes hacer es esperar.
-Ella no puede morir. No pueden dejar que muera. Por favor.
Acune mi rostro entre mis manos y comenzaré a llorar. Sabía que estaba haciendo una gran escena, pero no podía evitarlo.
-¿Porqué no piensa en un recuerdo agradable? Quizá ayude.-dijo él, notaba el esfuerzo que hacía por reconfortarme.
A mi mente vino un hermoso recuerdo.
Era mi último año de preparatoria. La graduación se acercaba. Riza había decidido no ir al baile. Creo que ni siquiera había comprado un vestido. Yo, por el contrario, tenía ganas de ir.
Incluso había conseguido ir con la chica más linda de la escuela. Y por si fuera poco, fui nominado para rey del baile. No hace falta decir que estaba emocionado. Todo iba bien.
Estaba caminando hacía la casa de Hawkeye cuando vi a mi cita con algunas de sus amigas. No pude saber lo que hacían. Me acerqué un poco y vi que golpeaban a una chica. No, ellas estaba golpeando a Hawkeye.
-¿Qué demonios están haciendo?--grité.
Me puse frente a Riza. Ella era mi mejor amiga después de todo. Ella no era tan popular como yo, y muchas veces lograban molestarla.
-No te preocupes Roy-dijo mi cita- no le prestes atención a esta do nadie horrible.
Eso fue suficiente.
-Te equivocas-dije serio-Riza es la mujer más hermosa que he conocido.
Ella abrio desmesuradamente los ojos, estaba sorprendida y ofendida por mis palabras. Se fue furiosa. Sus amigas solo me fulminaron con la mirada.
En cuanto se fueron me apresure a ayudar a Riza.-¿Qué harás con el baile?-pregunto ya en su casa.
-Supongo que debo ir. Seré el rey del baile, debo ir...aunque sea solo.
Y así fue. Terminé yendo solo. No fue tan divertido como pensé que sería. Mi ex cita estaba presumiendo a su "novio" todo el tiempo. No era difícil adivinar que trataba de ponerme celoso, y funcionaba.
Estaba por irme a casa cuando entró alguien a la habitación. Era una joven realmente hermosa y parecía como si viniera hacia mí. Me tomó un tiempo darme cuenta de se trataba de Riza. Nunca la había visto con vestido. Se veía tan hermosa. Me sorprendió que viniera.
-¿Puedo tener este baile?-preguntó.
-No tienes que hacer esto.-le dije.
-Quiza no, pero quiero hacerlo.
El baile fue increíble. En secreto había querido bailar una lenta con ella. Logré tener una noche mágica. Creo que incluso me las arreglé para darle celos a mi ex cita.
Definitivamente ya me sentía más calmado. Fue reconfortante pensar en ella. Realmente la echaba de menos. Toda la espera me ponía ansioso. Me gustaría tener algo más que hacer. Pensé en cuando me mostró las notas de su padre.
Estábamos en la tumba de su padre. Él había estado molesto porque me uní al ejercito. Yo esperaba que ella pensara igual. Era un perro de los militares. Así es como llaman a los alquimistas estatales. Sin embargo, ella no estaba molesta. De hecho, ella quería apoyarme. Me preguntó que si podía confiar en mí para mostrarme las notas de las investigaciones de su padre.
Cuando acepté, ya estábamos en su habitación, ella cerró la puerta. Debo admitir que estaba feliz y sorprendido cuando empezó a quitarse la camisa. Pero entonces ella se alejó, y quedó a espaldas de mí. Su padre había tatuado su investigación en su espalda.
Todo ese estudio no acercó. A pesar de que era muy incómodo para los dos. Todos los días tenía que fingir como si Riza no estuviera medio desnuda frente a mí. Era frustrante, cuando mis dedos rozaban sin querer su piel.
Recordar todo eso me hizo sonreír. Los dos éramos muy jóvenes. Éramos muy ingenuos. Entrelacé mis manos Y
Jugué con mis pulgares. Ella debía estar bien. Sabía que no podía seguir sin ella. Era parte de mí. Abrí mis ojos como platos. He...Me he...Yo me...me...había enamorado de Riza?Sentí algo burbujear en mi interior. Me sentía realizado. Sentí alegría, felicidad, nunca me había sentido así. Ni cuando coquetee por primera vez. Mi corazón parecía querer estallar. Pero justo cuando sentía que todo estaría bien, vi al médico caminar en mi dirección.
Armstrong se puso de pie inmediatamente, al igual que yo. Era como si el universo me odiara, y conspirara en mi contra. Cuando llegó a nosotros, vi la tristeza en sus ojos. Me puse rígido. Cada músculo de mi cuerpo se tenso.
-Lo siento.-dijo.
Sentí como una corriente sacudía mi cuerpo. Mi mundo se venía abajo. Estaba temblando y mi corazón había dejado de latir. Caí de rodillas y dejé salir mi llanto una vez más. Lloré y Grité. Me valía una mierda el hacer una escena. No me importaba que todos me mirarán.
Esto debía ser una broma de mal gusto, ella no podía dejarme.

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Llama eterna.
FanfictionLa historia se centra en la terminación del anime/manga. Roy y Riza siempre han tenido una relación muy especial e íntima, ambos sienten algo por el otro pero nunca han hablado de sus sentimientos, menos aún con las reglas de prohibición de las rela...