Crossroads (El Diario de Rey)

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"Querido diario:

No doy abasto con mi vida. Necesito más horas. Ya ni puedo escribirte sin sentirme a morir. Y eso que voy solo un día sin escribirte.

Mi abuelo cada día es más frío conmigo. Cada vez hablamos menos, no me cuenta que tal el día en la cena y ya no deja que venga Ben a dejar nada. Lo ha prohibido rotundamente. Solo lo veo en clase y ni me ha dirigido la palabra. Solo una vez y fue para pedirme perdón con esa cara cachorro apaleado con el que no puedo enfadarme, pues sabía que había hecho mal en pedirme semejante favor. Al parecer Leia había encontrado las pastillas y no podía mentir. Lo comprendía, Leia era mucha Leia.

Luke solo me dio instrucciones de como limpiar el lugar y me explicó que era un trabajo serio. Como todos, mi paga vendría a finales de mes. En palabras negativas para mi cartera: sin dinero hasta final de mes. Dinero que iba a estar en la cuenta que me hizo mi tio y que todavía no la puedo tocar, por lo que iba a ser quien me la diera. Él dio su palabra y siempre cumple, aunque haya sido muy mala persona. Ya con solo este primer mes me da para pagarme las clases teóricas rápidas y hacer el examen. Tendré que ver como hago con las prácticas.

Mis amigos intentaron consolarme y me dijeron que ya me pagarían los viernes de bolera (pues mi horario era de tarde y daba tiempo). Jessika sigue empeñada en que vayamos juntas a de fiesta un sábado con los chicos a un bar muy bueno que ella conoce. Yo me sigo negando como si no hubiera un mañana.

Con lo que ha pasado, tengo miedo de preguntarle al abuelo si este año vamos a Naboo. Tiene toda la pinta de que no vaya a ser así, pues Luke suele abrir en los días festivos.

Tengo que encontrar la forma de recuperar la confianza del abuelo, no me gusta estar a malas con él. Es él único que me queda."

Vio la hora y escondió el diario antes de irse corriendo a por el autobus. Esa tarde debía trabajar limpiando una vez más y Luke era muy estricto con la puntualidad. En lo muy poco que llevaba, había conocido a uno de sus trabajadores y era muy amable con ella. A veces demasiado pesado, pero muy amigable que tenía un extraño gusto por las películas de ciencia ficción. Algo que tenía que agradecer era lo fácil que podía limpiar la barra y gran parte del local, pero la cocina era otro asunto. Casi siempre era un desastre por culpa del cocinero: un auténtico manazas a pesar de que sus pinchos y bollos tuvieran el aspecto más apetitoso. A veces le daban comida a escondidas a forma de recompensa y no decirle al dueño que pasaba en aquella cocina.

- ¿Qué hace Ben aquí?-preguntó mirando disimuladamente por la ventana de la puerta

- Solo a veces visita a su tío por cumplir "asuntos familiares"- dijo con un tono muy borde- siempre me roba uno de mis bollos

- Echa a alguno veneno y ya veras como para- le dio la idea sin medir las consecuencias

El cocinero hizo caso a la chica, quien miraba aguantando la risa. Cogió uno de los bollos que reservaba para él y echó por encima un sobre que, al enseñarle la etiqueta, cayó al suelo con un gran dolor de costillas por las risotadas. Ben abrió la puerta y preguntó que pasaba, haciendo que ambos mintieran como bellacos al decir que era por un chiste muy malo. El chico le robó el bollo adulterado para mayor risa de ella, hasta asomaban lagrimones.

- Este bollo sabe raro, maestro...

Se marchó y estuvo hablando con Luke hasta que vieron que empezaba a estar complemente blanco y se marchó a toda prisa, sujetando su estomago

- Ese laxante es de los mejores- dijo el cocinero entre risas

Dulce, dulce venganza.

Luke entro en la cocina y no supieron como aguantaron la risa disimulando hacer sus tareas.