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"Querido diario:

Este es nuestro último día en Naboo y ya no se que sentir.

Me acabo de dar cuenta que he olvidado cosas que eran importantes. Es algo extraño de explicar, quizás haya sido la edad o que, desde el accidente, soy mucho más diferente de lo que solía ser. La única persona que puede decírmelo con objetividad es Ben y me odia por no acordarme de la promesa. Quizás tenga que ver con algo de amor porque si no, no me explico el beso.

¿Amor? ¿Ben? No pueden ir juntos en la misma frase. Una broma muy grande.

Sea como sea, dejare de escribirte y ordenare todas las cosas que deje pendiente ayer por la gran búsqueda con el abuelo. Él no sabe que secreto era ni nada, solo piensa que estoy queriendo recordar algo. Luego iremos a comer en casa de los Solo, dejaremos las flores y volveremos a casa donde empezare a estudiar y a buscar lo que aquí no he encontrado."

Cerró el diario y lo guardo en la maleta antes de ponerse manos a la obra. Su cama estaba totalmente llena de fotos y su abuelo ya entraba para ayudarla. Había sido claro durante la vuelta: Las cosas del pueblo se quedaban en el pueblo. Ella lo comprendía y dijo que se despreocupada.

- Abuelo, ¿Cuando paso esto?- la pregunta iba con una foto de ella con su madre dentro del lago

- Una de las tantas salidas que hacíamos con tu madre. A ella no le gustaba nada quedarse en casa

- ¿Es normal que no me acuerde de muchas cosas?

- Si- contesto con normalidad el abuelo- paso hace tiempo, y hemos estamos muy ocupados desde que paso aquello. Me daría rabia que ahora te acuerdes de todo después de lo que me costó levantarte el ánimo. Tampoco quiero que te olvides de ellos, solo que estés con algo antes de que yo me vaya

- No digas eso- aquel comentario iba con un poco de enfado. Entendía al abuelo aunque no se acordara de grandes cosas- Vas a durar. Aun tienes energía para mucho más- intentó ordenar las fotos sin pararse a ver mucho a sus padres, pues no quería que Obi Wan lo viera. Dolía demasiado ver fotos de la gente que ya no estaba a su lado.

- Esto me recuerda a cuando intentabas impresionar a Han pero nada. Lo tenías como un gran tío pero él no se preocupo mucho ni por Ben. Lo hacía Leia aunque cada vez tuviera menos tiempo por sus proyectos- Aquella explicación hizo que Rey se avergonzara más al ver la foto en cuestión- Por lo menos ahora si que esta en la casa más tiempo ese sinvergüenza con la familia, aunque Ben lo odia, y muchísimo

Dejaron de hablar para terminar de ordenar las fotos y guardarlas en ese rincón hasta la próxima visita. Dejó las mateas dentro del coche y esperó a que su abuelo lo cerrara todo. Iba a echar mucho de menos Naboo. Quizás volvían para las vacaciones de primavera, pues en navidades, por el estado de las carreteras, era mejor quedarse en Coruscant. El abuelo cerró la puerta principal y salieron a la casa de los Solo, donde un animado Chewbacca los recibió a ladridos y saltos que les parecieron adorables. Leia aun estaba cocinando y Han estaba sentado en el sofá leyendo un periódico.

Luke los recibió y os hizo pasar al salón. Rey agradecía tener batería en el móvil para poder jugar un poco al Candy Crush mientras Ben bajaba a ayudar en la cocina a su madre y Han simplemente se dedicaba a leer y comentar cosas bastante absurdas. A diferencia de ellos dos, la familia se marchaba del pueblo al día siguiente. Después de lo que había pasado con Ben, normal que en esa ocasión no le hubieran propuesto quedarse con ellos. Tampoco hubiera aceptado para estar sola con Chewie como las últimas veces que lo había hecho.

Durante la comida, Leia intentó sacarle conversación, pero Rey no estaba muy dispuesta e intentó seguirle la corriente lo mejor que pudo. Durante la última hora que le quedaba, decidió jugar con la mascota de los Solo mientras Ben se quedaba con el móvil, Leia se quedaba limpiando los cacharros y los tres hombres iban a la taberna. Tenía fe en que su abuelo no bebiera alcohol antes del viaje que les esperaba de vuelta a casa.

- ¡Ven aquí!- gritó al ver como el perro entraba en la casa. Corrió detrás de él. No entendía que hacía Chewbacca subiendo a la habitación de Ben. Cogió a la mascota en sus brazos e intentó salir antes de que llegara, pero fue inútil. Él ya estaba en la puerta, evitando el pase.

- A veces es muy travieso, ya lo sabes

- Déjame ir- aquella orden no iba por incomodidad, era por una mezcla de odio y miedo a que los vieran juntos. No quería arriesgarse después de lo que había pasado. Pero seguía ahí, tranquilo.- que me dejes, Ben- Chewbacca saltó de sus brazos y empujo al chico, haciendo que algo del bolsillo cayera. Rey se agachó a cogerlo antes que Ben, sorprendiendo y enfadándose- ¿No me digiste que eran para un amigo?

- No tengo nada que explicarte- se lo quito de las manos, haciendo que el enfado de Rey fuera a mayores

- Tu sabes que eso es malo para ti, no deberías tomar esas mierdas. ¡Leia no se merece tener un hijo adicto!

- Tu eres la que menos derecho a hablar. ¿o es que sigues sin acordarte de lo que tomaste y paso después en el antro?- la cara de Rey lo dijo absolutamente todo- Claro, que oportuno. Te olvidaste de nuestra promesa, de lo que paso esa noche, a saber de que más y seguro que te quieres olvidar de mi beso

- ¡Para el carro!- Rey ya se estaba enfadando y alzando la voz. Todo aquello se estaba saliendo de su contexto y la estaban llevando a una conversación del que no sabría el resultado. Ni siquiera se había imaginado tener una conversación así con él- Para empezar, fuiste tu quien me obligó a hacer eso por romperte una fotocopia de una foto de hace muchísimo. ¡Y ni que me gustara olvidarme de las cosas!

- ¿Qué pasa ahí arriba?- preguntó Leia en las escaleras, pero fue ignorada, por lo que las fue subiendo para recibir respuesta inmediata

- ¡No haber mirado mi cartera, cotilla chatarrera!

- ¡¿Me acabas de llamar chatarrera, emo llorica?!

- ¡Chicos, parad!- gritaba Leia llegando a su lado, pero de nuevo fue ignorada

- ¡Y te lo repetiría siempre, chatarrera amnésica! Solo te olvidas de las cosas porque te convienen

- ¡Retira eso, imbécil! ¡Te juro que te odio desde que cambiaste hasta ahora! ¡Te odio!

- ¡Si cambiaste tu primera desde la muerte de tus padres! ¡Te juro que yo te odio mucho más desde que fuiste tu la que cambio! ¡Ojala la que hubiese muerto ese día hubieras sido tu!

Aquello último dejó congeladas tanto a Rey como a Leia. Se escuchó la puerta y el saludo de los tres hombres, con un grito de Obi Wan pidiendo a su nieta que bajara para volver a Coruscant. Gruesas lágrimas cayeron de sus ojos y salió corriendo escalera abajo hacia el coche, olvidando despedirse de todo el mundo. Solo deseaba marcharse de aquel lugar de inmediato.

Ben, a su vez, se encerró en su habitación y desde la ventana vio como ella se encerraba en el coche para llorar. Lo notaba, no necesitaba que su madre le gritara a través de la puerta: había cruzado una linea que no debía.

Crossroads (El Diario de Rey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora