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El silencio y la tensión eran palpables. Finn y Poe estaban sentados cerca de la máquina expendedora mientras que el abuelo Kenobi estaba intentando tranquilizarse con el té hirviendo de limón que los amigos de su nieta le habían pagado. Sabían que debían mantener la calma o esa vez si que acabarían fuera del hospital y eso el viejo Obi Wan no se lo merecía. Nada más llegar y saber que todo era verdad llamo a los Solo en busca de apoyo. Al poco llegó primero Ben, preguntando como loco que había pasado agarrando de la camisa a Finn. Poe le repetía que no le iba a votar nada hasta que se tranquilizara como lo intentaban todos. Si obedeció finalmente fue por el Kenobi.

- Fue un accidente- reitero Finn

- Que causasteis vosotros- atacó sin medida- como no salga de esta yo mismo os mato

- ¿Te crees que nos gusta esta situación?- le pregunto enfadado Poe- es nuestra amiga

- Pues menuda forma la vuestra de cuidar las amistades- la ironía de Ben hirió a los dos

- callad- ordenó con voz apagada Obi Wan Kenobi

Los tres obedecieron y se sentaron en cada esquina para no crear más problemas. La tensión era palpable. Leía y Han nada más llegar fueron al lado del abuelo. Comprendían su angustia, pues la carretera ya se había llevado de su lado a su familia, solo faltaban él y Rey. No quería que su nieta se marchara, tenía muchas cosas que ver y vivir, quería cambiar su lugar. A las horas de angustia le dio fin el doctor apareciendo con una cara que delataba la gravedad del asunto, igualmente quiso maquillar la realidad con palabras de apoyo y las 48 horas cruciales. Cuarenta y ocho horas donde de todo podía pasar, donde ninguno de los presentes conocían la palabra normalidad e intentaban quedarse despiertos tanto como podían. Los primeros en marcharse fueron los amigos, pues tenían a sus familias esperando encasa.

- Ben, nunca te había visto tan preocupado- le dijo su padre mientras le daba un café con leche- y más por Rey

-Ella tiene que sobrevivir, Han. Se que le dije que quería que se muriera, pero no así. Tiene que sobrevivir.- repitió antes de darle un pequeño trago al café, pues estaba ardiendo- Por nuestra promesa, tiene que sobrevivir

Han le dio unas palmas en la espalda y salió a fuera para llamar a Luke, a ver donde estaba. Pero sobre todo a alejarse de ese ambiente tan apagado.

Al tercer día, ella empezó a reaccionar de forma lenta. En la habitación estaban tanto Obi Wan como Ben. Llamaron a la enfermera y tanto Han como Leia entraron, pues estaban cogiendo unos café para aquellos dos tercos incapaces de dejarla sola. Ella lo hizo con una agonizante tardanza, y tuvieron que dejarla sola para la revisión. Las malas noticias cayeron como balde de agua fría, ni esa pequeña esperanza que aseguraba el doctor era algo válido para el viejo Kenobi.

- ¡Estoy lisiada, abuelo, estoy malditamente lisiada!- lágrimas gruesas de impotencia, rabia y dolor cayeron sin remedio y Obi Wan la abrazó con fuerza

- No es verdad, hay posibilidad de que, con rehabilitación...pero mírate, estas viva, mi pequeña, estas viva y es lo que importa. ¿no me ibas a dejar, verdad?

- Abuelo...lo siento

Ben tuvo que esperar un poco para poder estar a solas con ella. Necesitaba hablarle con urgencia, pero no dejaba de estar ocupada y sus padres la dejaban tranquila de la preocupación. Lo único raro fue no ver a Luke en todo momento, pues era su querida "alumna". Nada más estar solos, cogió una silla y se sentó a su lado, agarró con fuerza sus manos.

- Gracias a dios que estas viva- fue lo primero que le dijo con una cara que delataba su alivio. Ella sonrió de la ironía, pues hacía poco prefería verla muerta- No vuelvas a darme semejante susto en la vida

- Ben... la promesa...

- Tranquila, podemos hablar después de eso- intentó aliviarla, pero ella negó con la cabeza- lo importante es que estamos los dos solos y...

- Dímela- lo cortó, pues para ella era mucho más importante saber de esa maldita promesa- Encontré una llave pero...

- ¿Llave?- preguntó bastante sorprendido- Nuestra promesa no tenía nada de una llave, Rey. Tenía un anillo de juguete- en ese momento, la sorprendida con los ojos bien abiertos era ella. Él agarró sus llaves y le enseñó su inusual llavero, dejando preguntas serias sobre el origen de cada una de ellas. Él agarró el más raro de todos: una cuerda de goma gastada mantenía unidas diferentes cuentas y al final una estrella negra. Sin duda alguna debió dárselo ella de muy niña, pero simplemente no se acordaba- Era una pulsera, pero se rompió la goma y la hice llavero- explicó con una sonrisa muy inusual en él- Me la hiciste tu y yo a cambio te intenté hacer un anillo un poco feo. Nos prometimos que siempre nos querríamos, pasara lo que pasara. Pero vas tu y cambias. ¡Me alejaste de ti, Rey!- ese reclamo iba con un resentimiento que Rey pudo entender- No me dejarse estar contigo cuando murieron tus padres, te volviste seria...

- Ben, quemaste en la hoguera a BB-8 y de la rabia me llegaste a romper otros juguetes- le recordó con resentimiento

- Porque le dabas más cariño a ese horrible peluche- los celos infantiles de él le resultaron graciosos- Pero yo te quiero de verdad Rey

- Ben...yo a ti no

Crossroads (El Diario de Rey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora