12

915 78 13
                                    

"Querido diario:

¿Sabes cuanto amo el pueblo de Naboo? Demasiado. Desde pequeña siempre me había encantado ver sus praderas, los montes, el agua de los lagos, las ruinas de viejos lugares de culto... un paraíso totalmente diferente a Coruscant. Tecnología la justa, pues una se encontraba a si misma entre tanta paz ininterrumpida. Por eso he insistido a mi tío de ir a pesar de todo lo que pueda pasar con Ben. No me puede dejar sin poder difrutar de este sitio.

Si me dejara adoptar un perrito dejaría en paz a Chewbacca.

Y cuando accedió a seguir con todo el plan tras insistir y buscar la mejor argumentación, note que subía al cielo y mi me moría por dentro.

Odie los días que nos separaban del viaje. Con ayuda de Jessika (que ha empezado a escaquearse de algunas horas de clase extra) he hecho la maleta y me ha regalado un poco más de esa ropa tan pegada y femenina. Tendré que dejar mi Bebe en casa. Le he prometido a Finn que sacaría muchas fotos de todo. También he hecho prometer a Poe que haga un montón de fotos a los coches. Necesito unos cinco del nuevo modelo. No se porque Boris me ha pedido fotos de la comida.

Serás unos días muy preciosos, diario mío."

Rey sabía que cada vez escribía menos en el diario, pero al estar tan cansada de su castigo, no le quedaban fuerzas para escribir lo que pasaba cada día en su vida. Guardó el diario con mucho cuidado, revisó que tuviera papel para imprimir a la vuelta y bajo con la maleta al coche. El abuelo Kenobi esperaba impaciente. Ya molestaba con el sonido del claxon.

- ¿Abuelo, seguro que todo esta perfecto?-Preguntó al verlo arrancar

- Que si. Hasta he activado el antirrobo- repitió él un poco cansado- y las flores estan atrás

- ¡Por fin al pueblo!- gritó ella emocionada

Durante todo el camino, ambos cantaron muy motivados las canciones que se sabían de la radio. No era un camino muy largo cuando se sobrepasaba un poco el límite de seguridad. A pesar de que estuviera más cerca la casa, siguieron hasta llegar al cementerio. A aquellas horas de la mañana, era normal que no vieran a nadie. Ambos dejaron sus oraciones y flores, aguantando lágrimas como podían, sobre aquellas tumbas antes de regresar al coche para ir a la casa.

Sus sospechas se vieron confirmadas al ver que la casa estaba echa un desastre. Hasta la hora de la comida no terminaron de adecentar la casa. Comieron unos sándwiches que Rey hizo en la casa de Coruscant mientras sintonizaban la vieja televisión. A la tarde, ambos se animaron a ver como seguía el pueblo, sorprendiéndose de ver como aun no había llegado gente, no habían avisado de algunas muertes de los vecinos y se hubiera abierto una nueva combi al lado del bar de siempre. Saludaron viejos conocidos antes de hacer una compra rápida y volver a la casa. Hacer comida como antes le daba un aroma diferente a toda la casa. Pero era un olor que daba ganas de comer hasta la última miga.

Llamaron a la puerta y con pocas ganas, Rey abrió la puerta. Se sorprendió de ver a los Solo con su mascota, que se tiró a los brazos de ella. No tardó en abrazarlo también y dejarlo lamer sus mejillas, sonriendo.

- Los Kenobi nunca avisáis de cuando llegáis- fue el saludo de Luke

- Tío Luke- Saludo ella mientras intentaba ponerse de pie- Teníamos que adecentar el lugar e hicimos lo de siempre.- solo abrazó a Leia y saludó a Han con la mano. No se sorprendió de no ver a Ben Solo. Seguro que estaba con su teléfono hablando con el pobre Hux de cuanto odiaba el pueblo- ¿os quedais a cenar?

- Oh, no- negó ella con una sonrisa- tenemos a mi hijo en casa hablando por teléfono y tendríamos que volver ya para hacer la cena y...

- Nosotros ibamos a la taberna. ¿te vienes, viejo?- interrumpió Han.

- Ve tranquilo, abuelo. Yo me ocupo de la cena

El viejo accedió y los mayores, con la mascota, la dejaron sola preparando la rica comida. Ella sabía bien como hacerlo. A la media hora, alguien golpeo la puerta y ella fue a abrir después de dejarlo a fuego lento. No supo si estaba sorprendida o desagradada. En vez de darle un portazo, le hizo pasar a la cocina, pues no podía dejar pasar la comida en el fuego. Le dio un vaso de agua a su invitado.

- Tenía que pasarme- fue lo primero que dijo tras beber todo el agua del vaso- ¿Ya habeis pasado por...?

- Fue lo primero que hicimos- cortó la pregunta, sabiendo que era lo que quería preguntarle- ¿por qué estas aquí, Ben?

- ¿Te vienes mañana a las ruinas al lado del lago?

Crossroads (El Diario de Rey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora