Capítulo 4: Helados, Primas Y Encuentros Inesperados.

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Hoy era sábado y yo quería dormir hasta que el sol se ocultará de nuevo, pero mi pequeña hermana decidió que quería ir al parque por lo tanto mi hibernación se pospuso, por ahora, sólo por ahora...

Deberían inventar una correa de hermanas, para ver si algún día logro controlar a esta pequeña bestia.... Pero al fin llegamos al parque, no cualquier parque, es un parque acuático, no es buena idea tener una niña que no sabe nadar y piscinas de cuatro metros de profundidad, y toboganes .... Pero bueno ¿que podría salir mal?

-Lucas, quiero ir a una piscina de grandes, la piscina de mi edad es muy baja- Dice la peque a la que no le pude poner otro salva vidas porque es imposible, y la misma que cree que crecer es lo mejor que le puede pasar en la vida.

-Ni preguntes, ya sabes que no puedes .

-Pero Lucas ¿por qué no? Nunca voy a aprender a nadar si no lo haces...- Intenté no mirarla para que al final no me convenciera.

-¿No quieres un helado?- Cambiar de tema repentinamente, siempre me saca de apuros... Y más la pequeña nadadora que tengo por hermana -nadadora que no sabe nadar-.

-¡¡Si!! - Gritó mientras la alejaba de la piscina.

Al llegar a la heladería, estando frente a la entrada del parque acuático, de inmediato sentí el cambio de temperatura del sol mata-gente de afuera y el frío de ahí adentro...

Pedí dos barquillas de chocolate con vainilla y lluvia de chocolate, si, compartía mi amor por el chocolate con mi hermana.

Ya a punto de terminar de comer, me fijé en que habían dos chicas frente a nosotros y las reconocí al instante...

-¡ÁMBAR! ¡ROSE!- Y hay estaban... Las molestias de mi familia... Mis primas favoritas.

-¡¡LUCAS!!- Dijeron al unísono.

-Primo ¡¿cómo estan las cosas por allá?!- Preguntó Ámbar con su típico mal hablar de siempre...

- Todo bien y por allá ¿como está todo?- Pregunté mientras les daba un beso en las mejillas.

-Nada, todo bien, la abuela nos contó que estuviste por su casa- Dijo Rose, esta mujeres estaban usando unos trajes de baño que no dejaban nada a la imaginación, pero así son ellas, la pena no está en su lenguaje.

-Si, pero sólo fue un momento para dejar a Michelle... Pronto volveré, díganme un día que estén ustedes allí y voy- En verdad no tenía ni un poquito de ganas de ir, pero lo necesitaba porque pasar tiempo con mi familia no me va hacer mal.

-Ah bueno, pero nos dejas embarcadas y te quedas sin hijos...

Solté una carcajada y ellas me miraron alzando una ceja "amenazante" -Está bien, quiero descendencia, solo díganme cuando y voy, claro, si no tengo nada en la universidad.

-Claro, claro, primo... No quieres...- Ay no, cuando está mujer habla así es porque algo quiere, espero que no sea algo raro - ... ¿Brindarnos unos helados?

Suspiré -¿De qué sabor los quieren?- Y saltaron de emoción... Pero estas mujeres no comen... No, ellas tragan, ya estaban comiendo cuando las saludé.

Después de que se comieran otros helados fuimos de vuelta al parque... La verdad yo sólo estaba leyendo unas guías de la universidad mientras mis primas estaban con mi hermana en la piscina, aunque estaba un poco -muy- nervioso porque era profunda para ella, a mis primas les llegaba por los senos pero ella no tocaba ni el piso con la punta de los pies, me dio hambre y fui a comprar unas empanadas, eran las once de la mañana y solo había alimentado a mi hermana con un helado, no sirvo para cuidar ni un pez y me ponen a una niña de cinco años ¡¡que buena idea!!,Hasta mis pensamientos son sarcasticos.

Al llegar a la piscina casi me da un infarto... Estaban mis primas, Michelle y la persona que no me esperaba ver hoy: la vecina... Zoe.

-Hola- Dije al llegar, ella tenía un vestido holgado y no tenía zapatos...

-¡Hola!- Sonrió -Estaba caminando por aquí y me encontré a tu hermanita y a tus primas, que pequeño el mundo ¿no?

No sabía que decir, estaba en blanco y de nuevo atrapado en mis pensamientos..

-Si... ¿De donde se conocen?- preguntó Ámbar.

-Mmm, somos vecinos- Respondió Zoe -Bueno fue un placer conocerlas, y verte de nuevo hermosa- Dijo refiriéndose a Michelle -Hasta pronto- Y se fue...

La seguí con la vista, pude ver que estaba con un grupo de chicos,  se fue con ellos, yo me quede mirándola... Hasta que Rose me saco de mis pensamientos.

-A alguien lo tienen babeando... Y lo voy a mirar disimuladamente- Dijo mientras me miraba con los ojos muy abiertos "disimuladamente".

-No me gusta- Dije alzando los hombros.

-Nadie dijo que te gustara... Pero tu lo acabas de confirmar- Dijo Ámbar.

-No es cierto, Michelle te traje el desayuno, come mientras te pongo más protector solar- Dije mirando a mi hermana cambiando de tema, ella asintió y se sentó en una banca que estaba al lado de la piscina, comenzó a comer y después de un rato ya tenía crema por cada parte del cuerpo que le llegara el sol.

Mamá me llamó para que fuéramos a la casa para la hora del almuerzo, y yo estaba desesperado por irme, me iba a morir de insolación, después de casi caer en la piscina tratando de sacar a Michelle que casi le salen escamas, arrastrarla hasta el auto y casi luchar con ella para ponerle el cinturón de seguridad, al fin pude volver a casa...

Ya para la hora del almuerzo estábamos entrando a la casa. Fue un día muy largo pero la vi y no quiero sentir lo que siento. Tengo que mentalizarme, sólo es una chica,  sólo eso...

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Eran las cuatro de la tarde y yo estaba estudiando en la sala de mi casa para un examen de lógica que tenía el lunes y un resumen de una guía para el profesor Flores...

En el momento en el que al fin estada empezando a usar la lógica o algo parecido tocaron el timbre, y grité de frustración internamente, pero al abrir la puerta... Ay yo no sé que me dio pero me dio.

Estaba ella, Zoe, vestía con un jean azul, zapatillas negras y una franela que decía "Soy feliz" y el cabello suelto...

-Hola, de nuevo- Dije con una sonrisa

-¡Hola! Si... ¿Está tu mama? - Preguntó.

-Claro, pasa, la iré a buscar.

Fui a la cocina y no estaba, fui al patio y tampoco, me caminé toda la casa y no la encontré, volví a la sala para decirle a Zoe que no sabía donde se había metido, pero no hizo falta ya estaban hablando y yo como un loco buscándola.

-Claro señora lo haré, que le vaya bien en su reunión- Fue lo último que pude escuchar decir a Zoe.

-Gracias, te debo una... Hablamos después, vuelvo a las ocho y media- Besó su mejilla, y se percató de mi presencia -Oh hijo, Zoe va a cuidar de Michelle... No vemos en un rato, estoy algo retrasada- Besó mi mejilla y se fue.

Y ahí estaba yo, solo con la chica que me atrapa en mis pensamientos y sólo pude pensar en un plan para traer a Mateo, Marcos y Juan... No sé por que, pero ya no tengo ganas de salir.

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Bueno... ¡Hi!

Disculpen los errores ortográficos... Es que escribo en el teléfono y el auto-corrector me estresa...

Aquí Gaby ♥...

Me Enamoré De Una Chica CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora