Capítulo 15: "Un Charquito Bajo El Agua"

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(P. D. V. Marcos)

-¡¡Juan!!- grité al entrar en casa -¡Juan!- volví a llamar.

-¡Aquí estoy!- lo escuché llamarme desde la sala, al llegar quitó la vista de la computadora y me miró -¿Qué pasa Marcos?- preguntó acomodándose los lentes.

-¡Tengo una buena noticia!- grité emocionado, él ignoró olímpicamente mi grito de emoción.

-¿Por qué tienes un perro en los brazos?- preguntó mirándome extrañado -¿de dónde sacaste ese animal?

-¡El vecino tuvo un accidente!- le dije -¡Y casi muere!

-No veo el lado bueno del accidente del Sr Benedetto- dijo arqueando una ceja -Ahora explícame de donde sacaste ese animal...

-Este animal se llama "Capitán" y el Sr Benedetto se lo compró a un irlandés frente a un bar... Y ahora no puede cuidarlo porque se rompió las piernas, un brazo y dos costillas ¿no ves que se pasa todo el día escuchado canciones de Leonardo Fabio*? Porque no puede hacer más nada- expliqué.

-No podemos tener un perro...

-¿Por qué?

-No aceptan mascotas en el edificio, o por lo menos no perros porque la señora del segundo piso tiene un gato.

-¿Por qué ella puede tener un gato y nosotros no podemos tener un perro?

-Porque ella es la abuela del dueño del edificio. No sé porque el Sr Benedetto se lo compró si no puede tenerlo...

-¿Y ahora qué hago con "Charquito"?- le pregunté.

-¿Quién es "Charquito"?- preguntó Juan.

-¡El perro!

-¿No se llamaba "Capitán"?

-Ese es el nombre que le puso el Sr Benedetto. Él me contó que estaba bajo el agua, así que se llama "Charquito".

Él asintió poco convencido y siguió estudiando y yo me dirigí a la casa de la única persona que se puede quedar con Charquito...

(P. D. V. Mateo )

Mary, al ser sus padres cristianos, aprendió un tipo de noviazgo muy recatado y puro, no es que me esté quejando de su timidez, es sólo que es muy difícil ver y no tocar, sus hermosos labios me tientan, lo suave de su piel me atrae y sus grandes ojos me llaman a gritos, a su lado tengo que atarme internamente para mantener mis manos lejos de ella. ¡Oh Dios! ¡Ni hablar de mis pensamientos! No me considero alguien morboso ni mucho menos pervertido, pero cada movimiento de Mary causa efecto en mí. A veces trato de distraerme y no pensar en ese tipo de cosas pero luego viene a mi mente y me pierdo de nuevo. Como es el caso justo en este momento, mientras veo a Matías comer un pedazo de torta de chocolate, no puedo evitar pensar en como se vería Mary con el rostro lleno de chocolate. Exactamente de la misma manera que mi hermano. ¿Cómo sabrían sus labios? ¿Sus mejillas? Mmm, su mentón y un poco más abajo hacia el... ¡¡Ya Mateo!! ¡¡Contrólate!! Ya estoy hablando conmigo mismo en cualquier momento me dicen que me llamo Juan -si, todos sabemos que se debate constantemente con su conciencia- suelto un pequeño bufido y niego casi como reflejo de mis pensamientos pecaminosos que por lo visto son incontrolables. Matías levanta la vista de lo que queda del pastel y me observa curioso.

-¿En qué piensas?- pregunta con la boca llena, en como se vería Mary comiendo torta es lo que tengo ganas de responderle, pero gracias a Dios es muy distinto lo que sale por mi boca.

-En nada- Si, es una vaga respuesta que no explica mucho mi ensimismamiento constante, me estoy juntando mucho con Lucas...

-¿Te vas a comer la torta?- bajé la mirada y si, efectivamente había un pedazo de pastel frente a mí.

Me Enamoré De Una Chica CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora