Para: Fer
De: Mí."¿Una trampa? Fernando, estoy en casa de Adrián. Me aseguró que Celeste está aquí".
Su estómago se contrajo provocándole a Lucero un incomodo vacío. Mierda. ¿en qué se había metido?
El teléfono vibró una vez más.
Para: Yo.
De: Fer." Sal ahora mismo de esa casa, Lucero. Por tu bien."
Para: Fer.
De: Yo."¿Mi bien?"
- Lucero ¿todo en orden?
La voz de Adrián la inquietó haciendo que su teléfono cayera al suelo.
- Sí- respondió mientras se agachaba a recogerlo.
- Lo siento, mi intención no era asustarte- y maldición. Ese "sustito" le costaría no hablar con Fernando y mucho menos dar con el paradero de Celeste. La pantalla del móvil se había roto ¿Qué haría ahora? Sabía que Adrián la acorralaría y de entrar, la salida sería muy complicada... Ni modo de hablarle a la policía.
- No enciende... ¡Mi teléfono no enciende!- exclamó con frustración.
- Oye, cálmate, ya iremos a comprar uno nuevo... Me alegra mucho que estés aquí, Lucero -sonrió.
- Déjame ver a Celeste.
- Al rato. Mientras tanto, entra a la casa. Tenemos mucho de qué hablar.
- Adrián, estoy aquí por Celeste, no por nosotros porque no existe un nosotros, ¿entiendes?
- Cómo se nota que no quieres entender.
- Adrián, no puedes optar por tenerme aquí a la fuerza.
- ¿Por qué no? Yo quiero estar contigo, te convencí de venir a Bogotá conmigo y aquí estás.
- Casi que secuestraste a mi hija, Adrián. Por eso estoy aquí.
- ¿Y en qué otra parte estarías?
- En casa.