14 de diciembreNo recuerdo si fue exactamente el 14 de diciembre, pero fue unas semanas después del accidente. No podía seguir compartiendo una habitación con Harry y Aden, me sentía fuera de lugar, así que alquilé un apartamento lo más cerca del hospital posible (aunque resultó que no estaba tan cerca como esperaba). Ellos intentaron convencerme para que me quedara en el hotel, incluso ofreciéndose a pagarme la habitación, pero no quería su dinero. Y tampoco quería tener que ver a Lillian todos los días en el hospital y en el hotel. Mi paciencia tenía limitaciones. Quería un lugar que me hiciera sentir un poco más a gusto y no tan vacío como la solitaria habitación de un hotel.
El estado de Trish no mejoró en todos esos días. Se mantenía constante. Y de momento, eso era suficiente para mí. Había pasado muy poco tiempo y las posibilidades de que despertara pronto eran altas. Aunque con el paso de los días iban decayendo.
Todos los días iba a visitarla. Pasaba el día entero a su lado, hasta que me echaban por la noche. Los que me obligaban a irme solían ser Harry y Aden, diciendo que necesitaba descansar y dormir, prometiéndome que si despertaba, yo sería el primero en saberlo. No querría imaginarme el momento que desertara sin que yo estuviera presente.
Tenía la necesidad de ver en primera persona la apertura de esos ojos. Quería notar como el color cálido de su mirada me descongelaba y volvía a hacerme brillar. Porque yo solo brillaba si sus ojos lo hacían también.
Harry se había puesto en contacto con los médicos del hospital. Había estado hablando con varios de los jefes y le habían dejado echar un vistazo a todos los resultados de las pruebas que se le habían hecho a Trish. A partir de entonces siempre tenía un ojo encima, controlándolo todo, sin perder detalle. Me sentía mucho más relajado sabiendo que estaba en manos de Harry y no de un medicucho cualquiera. Es más, se había implicado tanto que hasta se puso en contacto con Finn Fletcher, el médico que me trató a mí cuando tuve el accidente de moto en Cambridge (y por el que Harry había sentido cierta atracción). Claro que, no le dijimos nada de esto a Aden. Recordó a mi amigo casi al instante y resultó ser que ahora trabajaba en uno de los hospitales más importantes de Londres. Había surgido un problema y es que los médicos se empezaban a preguntar por qué no había despertado ya. En teoría, era normal que aún siguiera inconsciente, pero había algo que no les cuadraba. Fletcher hizo todo lo posible por ayudarnos con la situación, realizando diversas videoconferencias con Harry e incluso recurriendo a otros amigos suyos de profesión.
A raíz de hablar con Fletcher, me pusieron una psicóloga. No sabía qué coño le había dicho Harry sobre mí pero me había enterado de que el que lo había recomendado había sido su antiguo amor, lo cual encontré bastante inoportuno. Nunca había ido a una psicóloga y no entendía por qué debería hacerlo ahora. He pasado por cosas peores en mi vida y seguía aquí. En ningún momento me había perjudicado ni me había vuelto loco. Aunque muy en el fondo, tenía miedo de que eso llegara a ocurrir. El problema aquí era la salud de Trish y no sabía cómo me afectaría eso.
Sé que para que el tratamiento funcione tengo que hablar de mis problemas pero nunca se me ha dado bien exteriorizar mis sentimientos. Es una pérdida de tiempo. No valgo para esto.
La única razón por la que estoy haciendo esto es por Trish. Que quede claro. Porque sé que ella no querría verme deprimido.
Con el resto de las personas la situación fue siendo la misma. La mayoría de veces tenía que soportar estar en la habitación con Lillian o Matt y era realmente incómodo ya que no nos hablábamos. Sinceramente, no creía que a ellos les hiciera mucha gracia estar 24 horas en la misma silla, mirando a una persona inconsciente. Más bien creo que lo hacían para fastidiarme, pero no me iba a sentir amenazado por su presencia. Trish era lo único que me importaba en ese instante.
Debo mencionar que Ariel se fue a los pocos días de haber llegado aquí. No soportó el dolor de ver a Trish en coma ni el rencor de la traición. No le culpo, aunque seguramente a ella le hubiera gustado tenerle aquí. Al fin y al cabo, en el tiempo que estuve con los dos pude notar que tenían un vínculo muy fuerte, consecuencia de todos los años que habían pasado juntos. Puede que se quisieran, a su manera, no lo dudaba. Ella nunca había querido hacerle daño a él... Ni siquiera yo se lo había querido hacer. Sin embargo, me entristecía ver cómo se iba, dejándola aquí sola. Ahora más que nunca necesitaba el apoyo de todos los que la queríamos.
El chico se fue casi tan rápido como hubo venido, aunque su humor había cambiado completamente, incluso puede que la visión de su mundo. No se marchó sin venir hacia mí y susurrarme al oído que si ella moría, yo cargaría con la culpa durante el resto de mi vida, porque él se encargaría de recordármelo. Sabía que la que hablaba era la ira, y no él. Aún así, en ese momento esas palabras me traumatizaron. Aunque muy en el fondo sé que tiene razón.
Era mi culpa y si moría, no haría falta que me mataran, porque mi corazón se pararía junto al de ella.
Louis Tomlinson.
Capítulo 34 y 35: 31 de marzo (17 y 22 pm aprox)
PD: he leído algunos comentarios y sería una pena que dejarais de leer ahora cuando el final está tan cerca :/
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Fast: Ignition
Fanfiction*3ª PARTE DE FAST* {Último libro de la saga} "Los martes y los miércoles nunca deberían separarse. Alguien estableció los días de la semana así por algún motivo." "Mi motivo fuiste tú." All Rights Reserved to FlyingHighxx, 2015. ©