Capítulo 5

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POV TRISH

-¿A no ser? -repetí haciendo gestos con las manos incitándole a continuar.

-Nada, déjalo -se quedó callado y miró hacia otro lado con el ceño fruncido, ignorando mi mirada. Fue extraño pero no le di importancia porque seguramente no la tenía.

-Sea como sea, tienes que hacer algo ya. No es seguro dejar tu móvil con dios sabe quién.

-Ya -murmuró entre dientes-. Tú no te preocupes. Quien sea que lo haya cogido me la va a pagar -masculló cerrando los puños inconscientemente.

Entendía su reacción. Yo también me moriría si me robaran el móvil. Tenía demasiados recuerdos fotografiados con el pequeño aparato que no quería perder. Al igual que conversaciones de noches de fiesta que seguía sin borrar porque no quería olvidar.

-¡Harry! -apareció mi madre por detrás. Su moño estaba un poco más caído que esta mañana-. ¿Cómo has pasado el día? -preguntó con dulzura. Ella siempre le hablaba a Harry con ese tono. Le tenía un cariño especial y eso que no habían compartido muchos momentos juntos.

-Mamá, ha estado sentado a mi lado en el escritorio todo el tiempo mientras yo trabajaba. ¿Tú qué crees?

-Ha estado bien, Lillian -comentó el chico animado y con una sonrisa amable, ocultando el mal rollo que se le había puesto hacía un rato.

-Me alegro, cielo -pasó una mano por su hombro y se despidió de nosotros para regresar al trabajo. Me alegraba que se preocupara por Harry. Sabía que eso le haría sentir como en casa.

-Me cae bien tu madre -dijo Harry aún mirando a mi madre. Rodé los ojos tras escuchar tal comentario.

-Tiene sus momentos -dejé caer.

-¿Ya no discutís tanto como antes? -negué con la cabeza apoyando mi espalda en pared.

-Mi madre y yo no solíamos discutir. Es decir, sólo porque quería más dinero para salir de compras o ir al cine que el que ella me quería dar, porque mi habitación estaba desordenada, porque no salía a sacar la basura, lo típico entre una madre y una hija. Si teníamos peleas más fuertes era por... Bueno, ya sabes.

Mi voz se apagó conforme salió el tema. Los ojos verdes de Harry conectaron con los míos y al instante bajó la mirada. Se toqueteó los dedos con nerviosismo y mi mirada los siguió hasta que se colocaron en los bolsillos traseros de su pantalón. Me había quedado embobada mirando a la nada.

-¿Qué vamos a hacer luego? -preguntó interesado porque la conversación tomara otro rumbo.

-No sé. ¿Te apetece salir? Todo esto me ha pillado por sorpresa. No tengo nada planeado -sonreí con incomodidad.

Si hubiera tenido tiempo hubiera hecho todo un planning con horarios y demás para ir a visitar los grandes monumentos de la ciudad. Puede que incluso le hubiera pedido unas vacaciones a mi madre.

-¿Salir? No sé... Sabes que no soy mucho de salir.

-Harry, esto no es Cambridge. Estás en Nueva York, la ciudad que nunca duerme. ¡Tienes que salir de fiesta aquí por lo menos una vez en tu vida! -le guiñé un ojo y él se pasó las manos por la cabeza, desesperado.

-Está bien... Cómo veas -sonreí satisfecha.

-¡Ya estoy de vuelta! -exclamó Aden conforme volvía a acercarse a nosotros-. Tenías razón. No llevaban alcohol -comentó disgustado.

Y era mejor así. No me apetecía tener que cubrirle delante de mi madre porque se hubiera pasado bebiendo de las copas del decorado de la sesión de fotos. Por lo que tenía entendido, Aden antes se pasaba el día borracho o colocado, por eso su padre estaba tan desesperado por meterlo a trabajar en algún sitio decente, y acabó llevándoselo consigo a su mismo trabajo. Al menos eso creo que fue lo que le comentó un día mi madre a Matt.

Fast: IgnitionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora