Capítulo 23(Último Capítulo)

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*NARRA EMILY*
Escuché como Taylor gruñía como un perro rabioso.

Huele a celos!!

-Ey, tranquilo pitbull, que yo solo te quiero a ti.-le cogí de la cara con las manos y le di un beso.

Él hizo un puchero y puso sus manos en mi cintura.

-Pero no quiero que tengas una cita con él, tu eres mía.-habló con voz de niño pequeño.

Ay, que amor!
Lo sé, me lo como!

-No voy a tener ninguna cita con él, sólo voy a llamarlo para aclararle las cosas. No te preocupes tonto.-le dí otro beso, esta vez más largo.

-Vale parejita, perdón por cortaros el rollo, pero no me gusta ver como le meten la lengua hasta la campanilla a mi hermana.-nos interrumpió mi hermano.

Me puse roja y escondí mi cara en el cuello de Tay mientras los tres reían. Idiotas.

-Voy a llamar a Ethan.-salí de allí todavía como un tomate.

-Espera, voy contigo!-gritó Taylor.

Me encamino hacia la calle para poder hablar con tranquilidad.
Marqué el teléfono y me colgó. Volví a intentarlo y después de 6 tonos lo cogió.
     #LLAMADA TELEFÓNICA#

-Ethan?-hablé yo, al ver que no decía nada.

-Qué quieres?-contestó de mala manera.

-Sólo saber cómo estabas. Recordé la cita, tuve unos pro...-no me dejó terminar.

-Me da igual. Sabiendo de quien eres hermana no quiero saber nada de ti, borra mi número y no vuelvas a hablarme jamás.-y sin más colgó.
     #FIN DE LA LLAMADA#

-Es idiota.-dijo Taylor al verme shockeada.

-Pues si se quiere enfadar allá él.

-Exactamente, vamos a despedirnos de tu hermano y vamos a casa.

Volvimod a bajar al oscuro sótano. Mi hermano y Asier llevaban un porro en la mano, cada uno. Me acerqué a Nathan para darle un abrazo y le di otro a su amigo.

-Bueno tete, nos vamos a casa.-me despedí.

-Está bien, yo iré a ver a Heather e iré a casa.-contestó él.

Asentí y cogí de la mano a mi chico. Salimos del lugar y nos dirigimos a mi casa.
Mamá estaba algo triste, ella realmente quería al cerdo de mi padre pero comprendía la situación.
Por el camino íbamos hablando de nuestras cosas.

-He estado buscando trabajo.-comenzó el castaño.- Es en una ferretería, pagan bien y mientras entreno para competir legalmente no me vendría mal un poco de dinero. Trabajaría de 7 a 3, de 6 a 8 entrenaría y el resto del tiempo soy todo tuyo.-me contó, bromeando al final.

-Eso es genial. Yo he pensado en dejar las peleas ilegales y dedicarme profesionalmente al kickboxing. Jack ha estado de acuerdo en seguir entrenandome. Iría a entrenar a las 4. Cuándo empiezas a trabajar?-le pregunté.

-Mañana. Me iré antes de que despiertes.

-No importa, te veré después de tu entrenamiento.

-Me parece genial.-me dio un beso y seguimos caminando.

Llegamos a casa algo tarde. Mi madre ya estaba dormida.

-Tengo que llamar a Sam.-me avisó.

-Está bien, yo iré a la ducha.

Mi BoxeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora