Mi Boxeador

Capítulo 13

Me lo podía creer! Taylor me acababa de llamar puta! No se lo iba a consentir.

-Pero tu eres gilipollas o te lo haces?! Que putos motivos te he dado yo para que me llames puta?!-le grité.

Frenó el coche en seco haciendo que los dos nos fuéramos hacia adelante. Gracias a Dios llevábamos los cinturones de seguridad o habríamos salido volando por la luna delantera del vehículo.

-Quieres motivos?! Pues te daré motivos! Esta mañana me besas, por la tarde te veo con Drake abrazados y ahora te estoy llevando a casa de tu novio! Si no quieres que te llamen puta no des razones para que lo hagan.-espetó él con rabia.

-Pero que dices? Greg es mi primo, me besaste tú y Drake me abrazó porque le ayudé con Shannon.-dije sin gritar pero muy enfadada.

El castaño se quedó en shock. Sus musculos se destensaron en el momento, giró la cabeza y arrancó otra vez. Empezó a conducir hasta la calle donde vivía mi primo.

Todo el camino fue en silencio. Tras unos 20 minutos de recorrido, el coche paró frente al edificio donde se celebraban las peleas ilegales.

-Tu primo vive muy lejos?-preguntó con la cabeza agachada.

-No, vive en los pisos de aquí al lado- contesté fría.

-Bien, esperaré a que entres y me iré.

Bajé sin contestar, lo rodeé y abrí la puerta trasera para sacar mis cosas. Después caminé hasta el portal de mi primo y volví a mirar el coche. Taylor seguía con la cabeza agachada aunque de vez en cuando subía la mirada para ver si había entrado ya. Me sentía mal por no haberme despedido asique suspiré y caminé de nuevo hasta el vehículo en el que seguía el castaño. Toqué la ventanilla y él levantó la cabeza confundido para despues bajarla.

-Lo sien...-lo interrumpí dandole un corto beso en los labios.

-No importa... tu no lo sabías.-en cualquier momento me iba a arrepentir.

Yo no soy de esas chicas que perdonan enseguida, es más soy bastante rencorosa, por lo que no entiendo porque había actuado así, digamos que algo dentro de mí me decía que lo hiciera.

Sí imbécil era yo.

Preferí ignorar a mi querida conciencia, espero que se entienda mi ironía.

Él sonrió y yo le respondí con una sonrisa un poco falsa, ya me había arrepentido de lo que hice. Empecé a caminar de nuevo hasta el portal cuando alguien, Taylor, me giró y me besó para después separarse y volver corriendo al coche y salir rápidamente de allí.

Me quedé sorprendida, no me imaginaba que me besara y mucho menos que se fuera tan rápido de allí como si yo tuviera la peste o algo así. Volví al porral y toqué el timbre.

-Quién?-preguntó Mark a través del telefonillo.

-Emily.-contesté.

La puerta se abrió, fui al ascensor y pulsé el botón para que subiera hasta al sexto piso. La puerta estaba abierta por lo que pasé al pequeño salón en el que se encontraban mi primo, Mark, unos gemelos pelirrojos, un chico de color y un chico asiático. Estaban fumando porroa y uno de los gemelos llevaba una pequeña bolsita con un polvo blanco que supuse que era cocaína. Miré a Greg seriamente con los brazos cruzados y una ceja levantada.

-No he probado la coca!-gritó el con los brazos levantados, confirmando mis sospechas.

No me importa que fume porros, ya que yo también lo había hecho, pero no quería que consumiera cocaína ni ninguna sustancia de ese tipo.