Capítulo 11

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Alicia sintió cierto cosquilleo recorrer su pecho ante las palabras de Daniel. Estaba segura que sus mejillas habían tomado un color rojo fuego que intento disimular tomando un nuevo sorbo de su café. Daniel en cambio se había quedado mudo ¿En serio había dicho lo que había dicho? No podía creer que aquellas palabras habían salido de su boca. Tomo un largo sorbo de su tasa mientras intentaba pensar cómo salir de aquella situación incómoda.

—¿Vos tenes hermanos? —preguntó de pronto Alicia queriendo acabar con aquel silencio.

—Dos —contestó Daniel agradecido por el cambio de tema—. Mi hermano mayor se llama Diego, tiene 30 años y es médico. Y mi hermanita se llama Daiana, tiene 22 y está estudiando diseño gráfico.

—¿Por alguna razón en especial sus nombres empiezan con D?

—Es la inicial del nombre de mi padre y nuestros segundos nombres son con la inicial del de mi madre.

—¿En serio?

—Sí. Mi padre se llama David y mi madre Marcela. Mi hermano se llama Diego Martín, mi hermana Daiana Malena y yo Daniel Matías. Según ellos es para que tengamos algo más de ellos además de su sangre y sus genes.

—Suena a que son unos buenos padres —dijo Alicia un tanto pensativa.

—Lo son, son excelentes padres.

—Me gusta. Si algún día tengo hijos creo que voy a copiarles la idea.

—¿Queres tener muchos hijos?

Daniel se preguntó porque estaba tan interesado en saber eso. Él no era precisamente un amante de los niños.

—Por lo menos tres, me encantan los chicos. En el hogar siempre ayudaba a las hermanas con el cuidado de los más pequeños —contesto Alicia con una sonrisa al recordar aquellos tiempos.

Escucharla hablar de niños le despertó una ternura nunca antes experimentada. Se preguntó cómo habría sido su infancia, su vida en aquel hogar. Ella había dicho que había sido feliz, pero estaba seguro que no había sido para nada fácil. Más si pasó tantos años en aquel lugar. Eso le generó una duda.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Sí —contesto ella con seguridad.

Alicia se sentía cómoda hablando con él y esa sensación le agradaba demasiado.

—¿Cómo es que nunca te adoptaron?

Esperaba no hacerla sentir mal con su pregunta, estaban teniendo una charla tranquila y no quería arruinarlo.

—No lo sé, simplemente no lo hicieron —contestó tranquila Alicia—. Pero no es algo que me atormente, realmente me trataban muy bien en ese lugar, me criaron con mucho cariño. Tuve suerte.

En ese momento Daniel se sintió un malagradecido con sus padres que le habían dado todo, tanto a él como a sus hermanos. Estos últimos años no pasaba con ellos tiempo suficiente, ni siquiera los llamaba seguido.

—¿Y vos?

—¿Yo qué? —preguntó intrigado.

—¿Te gustaría formar una familia?

Lo cierto es que nunca se lo había planteado, simplemente no se veía casado ni con hijos. Pero no se vio capaz de confesar aquello.

—Supongo, sé que me gusta la parte de hacer hijos —le guiño un ojo.

Al escucharlo decir aquello, Alicia se atraganto con la golosina que estaba comiendo. Comenzó a toser y Daniel se acerco a ella para palmearle la espalda. Viendo que no se calmaba se levanto rápidamente para buscarle un vaso de agua. Lo sirvió y corrió de vuelta a ella entregándoselo.

Como mariposa en Primavera SIN EDITAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora